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Abundancia Planetaria

La abundancia planetaria debería ser un derecho protegido.

¿Pero qué es lo que permite esa abundancia planetaria?

Ciertamente los momentos de paz compartida en un medio ecológico óptimo.

Ahora distintos paises basan sus nuevas direcciones económicas en la producción de armamento. ¿Eso es abundancia a largo plazo? No lo es.

A corto plazo, distintas economias van a apostarlo todo por esa forma de inversión. Claramente excusas no les faltan, seguridad, venta logística y apoyo a aliados etc… Algunos altos cargos de ciertos paises han admitido que esa inversión revierte positivamente sobre la economia nacional, como si el conflicto fuera del contexto nacional revertiera positivamente sobre el motor económico.

Así que tenemos una visión que entrelaza economía y seguridad como abundancia a corto plazo. Pan para hoy, hambre para mañana, que dice el refrán. La fragmentación de la estructuración de la relación entre culturas humanas está en un momento crítico. Jamás ha habido un sistema de red de comunicaciones globales más distribuido y sin embargo no somos capaces de comunicarnos sin que las discordias del pasado abran una puerta al futuro, hemos visto el planeta desde el espacio sin fronteras, sabemos que todos somos ADN, y sin embargo el conflicto prevalece.

¿Porqué?

El problema es filosófico, sino psicológico, es decir, es un problema de la percepción sobre lo real (La Mente), una falta de perspectiva que encona su estrecha visión como una conclusión de una única via, la de la economía de guerra. Es decir, un fracaso planetario, una estafa global piramidal que solo beneficia a los ejércitos, los cuales como cualquier mafia estructurada extorsionan a los ciudadanos con sus miedos para permitirles vivir con el pacto de no molestarlos en exceso si acaso pagan su parte y ponen sus muertos.

Es un secuestro acerca del futuro humano. Uno muy conveniente para quién habla de defensa, justicia y todo lo demás.

Habría que remontarse a preguntarse quién empezó a producir más armas por si acaso tenian que invadir otro pais, lo que dió la excusa que otros empezaran a hacer lo mismo. Ciertamente, la búsqueda de soluciones a través de la decisión de una invasión ajena no ha traido nada bueno a la humanidad estas últimas décadas. Pero estamos en esta deriva.

¿Estamos a las puertas de una única via de inversión a corto y largo plazo que estén basadas en las economias sujeta a un conflicto?

Si es así, estamos hablando de una forma de pandemia, es decir, una que se basa en la multiplicación exponencial del cambio de la producción logística de los paises, gastando todos sus recursos enfocados en los conflictos abiertos.

¿Donde está aquí la abundancia? Esta «out», la pobre.

A los filósofos no se les escucha, por mucho que estos indiquen los niveles de espejismo en los que la postmodernidad ha estado padeciendo, como en el caso de Baudrillard. Maldita sea, son tipos incómodos!. Sin embargo, estos, pese a su atrevida impertinencia, no han conseguido generar una forma de pensamiento que desmonte las viejas inercias de tensión global geopolítica, incautos productores de esdrújulas. Claro que es posible que no puedan ellos solos empujar tal piedra de castigo. Un héroe o heroina imperfecto, a modo de ciudadano común, es la última esperanza para tratar de hacer puentes con lo improvable, para que la abundancia sea posible, pero bien es cierto que al perplejo se le embute con el simulacro mediático.

La deriva esta servida, pero no significa que el barco esté hundido, sino que como el Titanic en un viaje en el tiempo imaginado, esta vez ha recibido antes del fatal evento un telegrama que le avisa del choque con un Iceberg. Ahora imaginemos que el capitan empieza a especular, incluso discutir, con el timonel si la existencia de los Icebergs es probable o  improbable basado en la teoría de la hermenéutica del lenguaje.

Esta última sátira es análoga a la economía de producción de armas. Ellas no son la solución para evitar el Iceberg, como muchos quieren tratar de convencernos. En cambio,  estas son el Iceberg mismo. 

PLATONISMO Y CABALÁ

 

Hace poco me encontré un artículo en la web de un doctor en Cabalá al que he escuchado con cierto interés en alguna ocasión.

Su nombre es el Dr. Laitman. Para mi sorpresa, aunque identifico en él un tono conciliador para la mayoria de los asuntos, he visto un artículo suyo que lo titula de la siguiente forma: «Kabbalah’s Influence on Greek Philosophy».

«La influencia de la Cabalá en la filosofía Griega»

El artículo trata de elaborar como la filosofía griega debe su cualidad y existencia gracias a los encuentros de algunos filósofos griegos con ciertos profetas hebreos en la antigüedad. Personalmente, no tendría mayor problema en atender estas cuestiones siempre que se me razonaran con el debido criterio, pero este no es el caso. El Dr. Laitman no esta solo en esta idea, le acompaña de una forma más elaborada en su amplitud de análisis Zevi Slavin de «Seekers of Unity». Dicho esto, mi sentir es de respeto por estos dos investigadores e intelectuales, y esta expresión no puede ser más sincera, ambos me parecen personas de buen sentir, claros en sus exposiciones (aunque no esté de acuerdo con ellos en ciertas cuestiones) y con una búsqueda e indagación espiritual genuina que en el caso del Dr. Laitman ha tenido una proyección internacional. En el caso de Zevi y su proyecto «Seeker of Unity»  es profundamente inspirador y habla de una voluntad de convergencia espiritual, pero cita el mismo polémico ejemplo que el Dr. Laitman. Si bien su vídeo sobre Platonismo y Cabalá en el renacimiento es excelente y su elaboración es extensa, el detalle disonante, al que se refiere este artículo a desarrollar, merece ser atendido. ( + INFO y vídeo completo: AQUI )

Existe desde la antigüedad una relación entre la filosofía griega y la cabalá, mucho más de lo que se ha puesto al público en general. ¿Porqué estas coincidencias? No son simples coincidencias, está claro, pero incluso con conversos al Judaismo actual cuando estudian Cabalá desconocen estás cuestiones que no pueden remitirse únicamente al estúdio místico hebreo, sino que pertenecen a un conjunto más amplio del mediterraneo oriental donde el mundo y la filosofía griega tienen un peso extraordinario, y sin embargo, a esta herencia filosófica se la deja fuera, o aún peor, se la aliena como originaria dentro de la mística hebrea, algo que aquí será razonado como un auténtico espejismo.

La mística de Platón, pero también la de Aristóteles fue incorporada a las exploraciones metafísicas del mundo hebreo como en el caso de Maimónides, que entró en conflicto con el resto de cabalistas rabínicos platónicos. Lo que abre la cuestión a una interrelación cultural de intercambio de ideas en el mundo antiguo, como sucedió con los griegos y egipcios, sin embargo, la relación entre místicos griegos y hebreos en la antigüedad aun se está clarificando a dia de hoy. Si quieres saber más sobre ello Zevi Slavin te lo cuenta AQUI.  El caso es que en esa relación entre culturas y su sabiduría, se han querido hacer inferencias históricas de dudosa autenticidad.

La cuestión clave a la que me refiero y que voy a tratar a continuación es la que da a entender que el «Corpus de conocimiento» de una figura con una talla como la de Platón es gracias a un supuesto, sino totalmente ficticio, encuentro con el profeta Jeremías en Egipto. Según este texto compuesto entre el 1530 y el 1572 por el Rabino Moshe Isserles, Platón pronunciaría estas palabras:

“Estuve con Jeremías en Egipto, y al principio me burlaba de él y de sus palabras, y al final, una vez que me acostumbré a hablar con él y a observar atentamente sus acciones, vi que sus palabras eran palabras del Dios vivo. Entonces dije en mi corazón y establecí que él era un sabio y un profeta”.

Rabbi Moshe Isserles (Rama), Torat HaOlah (1:11).

Veamos esto como un caso detectivesco. Para empezar actualmente se considera que el profeta Jeremías vivió entre los años 626-586 a. C.  y Platón vivió entre los años 427 – 347 a. C.  Es decir, existen al menos siglo y medio de diferencia entre los dos, considerando además que Platón lo tendría que haber conocido de adulto lo que hace que sean al dos siglos desde que muere Jeremías para la fecha probable en tiempos de Platón entre ambos personajes, lo que como se puede deducir, imposibilita tal encuentro que es descrito de forma idealizada. San Agustín, parece ser, ya hizo en su momento esta observación. Habría que sospechar profundamente que la declaración de Platón aparezca en primera persona, algo que se delata como ajeno a la forma en la que el insigne filósofo articulaba sus textos.

Eso como comienzo. Luego está la cuestión de que esta supuesta declaración hecha por Platón se concibiera en el renacimiento, muy oportuno momento, aprovechando toda la corriente intelectual en esta época que tenía a Platón como su máximo referente con conceptos análogos y coincidentes con la Cabalá, junto con textos como el «Corpus Hermeticum» que provenian de la tradición egipcia. Seguimos, si nos paramos a analizar el texto nos damos cuenta que Platón no utiliza en sus textos el concepto de «Dios vivo» para refereirse a la divinidad única como viene descrito en la cita, sino que es más propio de él utilizar el término «Creador» tal como aparece en el Timeo, y al «Alma del Mundo» o «Psique Kosmos» como esa «divinidad vital»,  tampoco existe para los griegos el concepto de «profeta», sino que la palabra que utilizan es la de «oráculo» (μάντις), como en el caso de la Pítia de Delfos, así que no es posible que identificara a Jeremías como tal. A todas luces el texto parece que es creado por este rabino polaco del siglo XVI para crear una «inferencia histórica» no real.

¿Por qué? La respuesta radica bajo la premisa de que en aquellos momentos los místicos, artistas y filósofos del renacimiento habían empezando a observar las coincidencias entre los textos cabalisticos y los textos platónicos y neoplatónicos, el caso de Pico de la Mirandola era uno de ellos. Anterior a Platón, el concepto del «infinito» aparece tanto en Anaximandro de Mileto (uno de los maestros de Pitágoras) como posteriormente en el Zohar con el nombre de «Ein Sof». Pero para conceptos atomistas aun más extraordiarios como el de «espacio potencial» o «Arché» Platón aparece brillando con Luz propia cuando vincula a estos a la «Armonia Mundi» siguiendo las esferas planetarias y el lenguaje de la música. Quién entienda algo de las Sefirot se encontrará con esquemas similares.  El problema para los místicos hebreos es que no emergen claramente hasta el siglo XII en España y el sur de Francia, mientras que en la filosofía griega se describen de una forma clara hacia el siglo IV a.C. . Bajo este aspecto, si algún teórico del siglo XVI «convierte» de forma ficticia a Platón a una supuesta iniciación cabalistica por parte del profeta Jeremías, entonces el problema está resuelto para el entorno rabínico, puesto que Platón lo habría aprendido todo de la tradición hebrea. Una ficción con carácter de mentira no piadosa, dado que han llegado diafanamente hasta nosotros los textos del Filebo de Sócrates, el Banquete donde nos habla del Alma, la Armonía y el Ser, la Carta séptima en la que Platón se refiere al pitagórico Arquitas, y el famoso libro de Filolao donde el filosofo griego encontró multitud de claves. Por lo que esa supuesta «iniciación» al conocimiento por parte de Jeremías en Egipto, es puro humo. Aunque Moshe Idel actualmente lo arregla diciendo que los filósofos presocráticos robaron ese conocimiento del mismo templo de rey Salomón. A ver donde se mencionan en la Biblia los solidos platónicos, o la Armonía Mundi, que me lo expliquen.

Platón estuvo en Egipto, si, como lo estuvo Pitágoras, pero para ser iniciado en un saber procedente de las matemáticas armónicas de la arquitectura, música, geometría y astronomía, que al igual que le sucedió a Pitágoras transformó su vida y previamente al abuelo de Platón, Solón. Pretender que fue el profeta Jeremías el que iniciara a Platón no es sino una maniobra dudosa que pretende dejar fuera de contexto los propios textos griegos. La reconstrucción de saber no funciona así.

Esta claro que para los místicos hebreos es importante porque sino no dirián refiriéndose a Platón:

«Sus palabras son las mismas palabras que las de los Cabalistas»

Menassen ben Israel

Las falsificaciones religiosas no eran una excepción durante el renacimiento tardío, que es cuando vivió Moshe Isserles, sino que sabemos por ejemplo del caso de los «Plomos de Sacromonte» o «Libros Plúmbeos» encontrados en 1599 y que estaban escritos en árabe, acerca de un supuesto y nuevo «quinto evangelio» que la Virgen había revelado para ser comunicado por toda España. Por lo que en esa ocasión los mulsulmanes trataron de realizar dicha falsificación que trataba de tener la «buena intención» de hacer de puente entre el Cristianismo y el Islam. También se ha de señalar que el momento dorado del Islam tuvo una gran influencia de los filósofos griegos, de Platón y Aristóteles, como bien representa esta herencia, Averroes.

Algunos dirán que la Cabalá es mas antigua a su aparición en el siglo XII en el España, dado que no existen registros de la misma de forma anterior. A este respecto el Dr. Laitman se justifica de la siguiente manera:

«Después de la ruina del Segundo Templo, es decir, después de una caída del nivel espiritual que el pueblo de Israel tenía durante la época del Templo, sobrevino la prohibición de difundir la sabiduría de la Cabalá. Los propios cabalistas prohibieron su expansión a la humanidad porque el mundo no estaba preparado para recibir el conocimiento y, por tanto, lo habría utilizado incorrectamente.» (artículo completo aquí)

Esta es la justificación que se da para entender el porqué en tiempos de Platón los hebreos no hablaban explicitamente acerca de la Cabalá. Sin embargo ellos reconocerian posteriormente  los conceptos usados por los filósofos griegos eran, en ciertas cuestiones análogas a los místicos hebreos, creando la duda de quién influenció a quién.

En el caso del Zohar, al cual se le considera un libro cabalístico, su autor, Moises de León (1240-1305) explica que su conocimiento ha de remontarse a Simeon ben Yochai, un místico del siglo II d.C. el cual habría compuesto el texto, dando un marco de tiempo a lo expuesto por el Dr. Laitman, acerca de «porqué» la Cabalá quedó oculta. Actualmente, no se ha encontrado prueba alguna de que el Zohar viniera de este místico, así lo señala una de las autoridades en la materia  Gershom Scholem, distinguido investigador israelí experto en cábala, que considera que la escritura del Zohar es una creación artificial, mezcla de un «Talmud Babilonico» y el » Targum Onkelos». Por otro lado, ¿acaso se puede interpretar el esquema cabalístico del carro místico de Ezequiel sin las claves astronómicas y estelares de la antigua Persia? No, no creo que sea posible. El zoroastrismo guardó claves resonantes con estas cuestiones ( + INFO: AQUÍ y AQUÍ) No hace falta mucha indagación para descubrir que los textos bíblicos y cristianos se codificaron bajo este mismo esquema ancestral. ¿Habría que recordar que los propios Magi de Persia fueron a buscar al Cristo a Belén, según los textos? El detalle muestra que el misticismo del mediterraneo oriental no se correspondía a una sola cultura cerrada en si misma, los místicos iniciadores no conocían de fronteras, por cierto, que la Persia antigua no tiene que ver con la contemporánea en los términos de esta clase de filosofía o simbolismo sosteniendo actualmente una visión fundamentalista y cerrada de lo religioso.


Para finalizar, mencionaremos el caso de  Johannes Reuchlin, un católico germano que se enmarca dentro las fechas del renacimiento (1455-1522), al que el Dr. Laitman menciona como «prueba» de que Pitágoras también recibió su formación por parte de los hebreos. Cito el texto DeArte Cabbalistica, del que Laitman se hace eco:

“Sin embargo, mi maestro Pitágoras, que es el padre de la filosofía, no recibió esas enseñanzas de los griegos, sino de los judíos. Por eso hay que llamarlo cabalista, […] y él mismo fue el primero en convertir el nombre Kabbala, desconocido para los griegos, en el nombre griego de filosofía. La filosofía de Pitágoras emanó del mar infinito de la Cabalá. Esta es la Cabalá, que no nos permite pasar la vida en el suelo, sino que eleva nuestro intelecto a la meta más alta de la comprensión”.

La única referencia que se tiene es la coincidencia de la Tetraktys de 10 puntos con el árbol de las Sefirot, también de 10 puntos (existiendo uno oculto). Aquí los partidarios de la vertiente de la iniciación hebrea quieren atribuir que el paso de Pitágoras por el Monte Carmelo se debe a una iniciación en los conceptos cabalísticos. Ciertamente, hubo iniciadores en el contexto del antiguo mediterraneo oriental, pero tratar de reducirlo todo a la idealización de las Sefirot contemporáneas es como tratar de insertar un zapato de otra medida con un calzador a la fuerza. El mundo hebreo celebran el inicio anual en el momento del año de la constelación de Aries, es decir, primavera,  su sagrado mes «Nissan», parecen tener poca memoria para recordar que «Nissan» viene del acadio Nissānu. Lo que demuestra que los mismos hebreos tienen aun en la actualidad celebraciones rituales procedentes de Babilonia, que es donde fué tomado cautivo Pitágoras, y que si recibió algún conocimiento fue del árbol sagrado sumerio, donde los dioses son números, creando estructuras aritméticas de armonía musical entre ellos. Justamente lo que sucede en la Tetraktys. Dicha «armonía musical» y con respecto a las letras, como sucedía en la antigua grecia (los himnos déficos así lo demuestran) es similar a la mística operativa con la música en la cultura hebrea y la comunión con lo divino, pero no porque la tomaran como referencia, sino que como ha indicado Kieren Barry en su investigación «La Cabalá Griega» los misterios asociados a las letras fue algo presente en la propia tradición griega, como así lo demuestra el Socrates en el Filebo, Platón, en el texto del Timeo, la técnica gráfica del Bustrofedón, Crantor de Cilicia, Proclo o toda la numismatica griega.

El peligro de seccionar al conocimiento antiguo del mediterraneo oriental es que este no llegue a reconocer tampoco sus vínculos con el oriente, y sobre todo en los temas de artimética sagrada. Esos puentes son necesarios. Las oraciones frente al «muro de las lamentaciones» pueden llevar a una espiritualidad que se convierta en una auto-hipnosis propia de una fragmentación en la intepretación cultural, que sin embargo corresponde con una antigua mística que fue transfronteriza y calidoscópica en el pasado, aunque dicha auto-hipnosis cultural como distorsión perceptiva también la puede sufrir el mundo musulmán, ambos han de reconocer sus raices comunes que beben de un contexto de búsqueda de conexión con lo divino donde no hay fragmentación y lleva a estas culturas más allá de si mismas.

 

Conclusión:

Existe un cierto «idealismo místico», en este caso en la tradición hebrea , donde ciertos sectores de sus estudiosos no quieren verse «contaminados culturalmente» por ninguna corriente mística coetánea y que además se consideran el  único origen de las demás tradiciones de conocimiento en el mediterraneo oriental y occidental, eso no puede ser. En ese sentido, no se si el Dr. Laitman es consciente de la interpretación sesgada que ha realizado en su artículo. Ni los griegos extraen todo el conocimiento desde su tradición cultural, ni tampoco lo hacen los hebreos de la suya, que por cierto, ambos vienen del alfabeto fenicio, por no hablar de la influencia egipcia, que la hay, solo hay que buscar los artefactos del asentamiento arqueologico de Tel Hazor; la cuestión es que existío una fuerte miscelania de ideas en el mundo antiguo, que resonaba en sabiduria a través de lo «arquetípico».

Por lo que he podido comprobar en mi investigación doctoral, la propia Tetraktys es el esquema para «el Alma del Mundo» de Platón, como ya apuntaron Keith Crichlow y Robin Waterfield, por lo que su codificación es concreta y relativa a la estructura armónica primordial de la música respesto al Cosmos, armonías que los griegos estudiaron mucho más en profundidad que los hebreos y que tenian una gran resonancia con Egipto y Sumeria,  asi que la idealización del mundo hebreo de considerarse «origen de la filosofía del mundo antiguo» no es muy recomendable y es engañosa en un entorno académico y cultural. La Gnosis, Sophia, se dió en Alejandría, los gnósticos escribian en griego, el Pleroma, las esferas planetarias, eran conceptos griegos, los arcontes, la noción de la falsa deidad hacia referencia a una que se consideraba exclusiva. Yavhé no es el mismo concepto como dios patriarca en los tiempos de Moises, o Jeremías, que posteriormente en el renacimiento, donde los judios en diáspora lo consideran un concepto mucho más abstracto y precisamente platónico, como reconocen los estudios antes citados de Gershom Scholem y actualmente Zevi Slavin. El conocido «Tikún Olam» , concepto místico hebreo para «la reparación del mundo», no dista en absoluto de la «Corrección del ver» de Platón o el «Atman» del mundo hinduista; esas coincidencias existen, pero muestran que ese mundo mediterraneo fue rico en compartir ideas, que en esencia no pertenecen a una única tradición ni a ningún misticismo nacional.

Pongamos las cosas en su contexto preciso. Hagamosló por amor a la sabiduría.

NOTA*: No es voluntad de este artículo desacreditar a un sistema de creencias determinado, sino establecer que su memoria cultural es mucho más amplia y coincidente precisamente con quienes fueron sus vecinos en el entorno del antiguo mediterraneo oriental. La interpretación cerrada de una exclusividad absoluta no puede responder sino a la búsqueda de una exaltación nacional, una distorsión, o peor aún «paraedolia cultural» en la que pueden caer cualquiera de las religiones del desierto sin distinción, y de hecho caen en este espejismo debido a un relato de conflicto entre ellas. O se supera el espejismo o el dolor de esa separación no se sanará, creando más sufrimiento humano por su deriva ciega de confrontación entre aquellos que comparten más simbolismo común de lo que pudieran llegar a pensar. Son precisamente los arquetipos universales que se guardaron dentro de la filosofía griega que permiten un puente práctico con aquello que las religiones del desierto se han esforzado por separar. 

 

LA VACA ROJA Y EL TERCER TEMPLO

Existe aún el espejismo de la creencia que ciertos sacrificios a animales puede «purificar» una acción para crear «algo» no contaminado. A veces da la sensación que el ser humano es un poco ingenuo arrastrando desde milenios ciertas creencias.

Siempre se piensa que el tiempo lineal se puede redimir de alguna forma.

Esa es la historia de la creación del «tercer templo» en Jerusalen que algunos buscan realizar.

Desde tiempos de Moisés las vacas rojas (la ceniza resultante de su holocausto) se han utilizado para purificar a los fieles que han de realizar una construcción sagrada, pero muy pocas, solo nueve han sido sacrificadas desde el tiempo de Moises hasta el año 70 d. C. y ninguna más desde entonces, dado que estas debian tener unas condiciones especiales, entre las que estaban ser completamente pelirrojas, tan solo dos pelos que no fueran de ese color descalificarian a la vaca, tampoco podia haber llevado yugo alguno, ni tener más de tres años.  Cosas de los caprichos divinos presentes en los textos «sagrados».

Hace poco menos de un año se han encontrado «cuatro» vacas rojas procedentes de Texas y han sido enviadas a Israel. (casi dos milenios sin que aparezca ninguna y de repente hay cuatro? Mmmm … da que pensar…. ) Solo se sacrificará una de ellas, «la décima vaca», que hace más de 2000 años que no comtemplaba su propio involuntario holocausto.

Nadie sabe cuando.

Nadie sabe cómo o dónde exactamente.

Pero los sacerdotes, ya están listos.

Bajo una óptica cristiana dicha purificación carece de sentido, dado que la crucifixión fue ya suficiente purificación. Pero eso no quita para que inocentes sigan muriendo, en el dia de hoy siete miembros de la ONG de chef José Andrés han perdido la vida a manos del ejército israelí. «Daños colaterales», dirán, que responde a un pensamiento también «colateral» ya que no deben pensar con su totalidad cerebral los jefes al mando. Tenian todos los permisos de ayuda humanitaria activos y el ejercito tenia constacia de su actividad. ¿Cómo se puede entender un accidente asi?

La noticia AQUÍ

Existe una desagradable analogía acerca del posible y cercano sacrificio ritual de la «Vaca Roja» para buscar una supuesta «purificación» y la perdida de vidas humanas de inocentes para hacerse de nuevo con el territorio de Gaza, la cual poco a poco está adquiriendo tintes de una despreciable «limpieza étnica». Da la sensación que hubiera una analogía de sacrificio ritual lleno de automatísmo en ambas cuestiones, dejando de lado toda consideración humana. 

Dirán: «cosas de las guerras», como lo de la vaca, «cosas de las religiones», aunque múltiples rabinos dicen que el judaismo no es una religión, ah, claro, tienen rituales, jerarquias y libros sagrados pero ellos no son una religión, son otra cosa, la esencia única de la espiritualidad de este planeta deben ser bajo su punto de vista, «los escogidos» dicen. Aun así se lleven por delante aquellos que dicen colaborar con ellos para repartir alimentos a una población que está sufriendo un genocidio sistemático. ¡Que gran demostración de espiritualidad!.

Efectivamente los sucesos del pasado octubre fueron una desgracia, y ojalá devuelvan cuanto antes a los secuestrados con sus familias. Si bien eso tampoco hubiera sucedido si en Israel no hubiera secuestrados en cárceles niños y adultos desde hace años sin juicio alguno.

Incluso tres secuestrados que pudieron huir de Hamas fueron abatidos por el propio ejército de Israel al no reconocerles ni tan siquiera con la bandera blanca que portaban a principios del 2024. Se les disparó de forma directa, lo que muestra un tamaño de incompetencia militar que ralla el absurdo. Relato periodístico del acontecimiento AQUI (realizado por la periodista afincada en Jerusalén Noga Tarnopolsky) por no hablar del destrozo de hospitales, médicos muertos, y personal de la ONU también muerto.

¿Auto-defensa? Esto no es autodefensa.

Parece que los sucesos «caen del cielo», que «brotan de la nada», si son interpretados así es porque efectivamente se ha creado con los años un estado de Apartheid al pueblo Palestino. Por supuesto que el pueblo judio ha sufrido, pero precisamente por eso es debería ser el primero en no llevar de forma indiscriminada una solución extrema como la de la expulsión de los Palestinos, que queden vivos, del territorio de Gaza. ¡Que los acoja Egipto o Jordania! Dicen sus políticos…  ¿Pero se puede pretender expulsar aquellos que han vivido durante milenios en esas tierras? Las víctimas no deberian convertirse en verdugos de nadie. Naturalmente las protestas en Israel contra los dirigentes políticos tienen todo el sentido, pero ¿es consciente la población secular de que hay ciertos actos, como el sacrificio de la novilla roja, que pueden poner en conflicto lugares de centros sagrados para ambas tradiciones religiosas?

El tiempo lo dirá.

Ahora el tema de la Vaca Roja es análogo a la justificación innecesaria de un sacrificio «porque lo quiere Dios», porque cierta parte de la población ortodoxa parece obsesionada con ese tercer templo físico que además tiene que emplazarse donde está la Mezquita de la Roca creando un conflicto sin precedentes con todo el mundo musulmán. Basta ya… seguro Dios no quiere más sacrificios, ni de vacas, ni de inocentes humanos, a no ser que esa adoración sea hacia algo peor que no tiene nada de divino.

 

*NOTA: Según ciertas fuentes cercanas a las «Novillas Rojas», el acto de sacrificio de la novilla no implica la realización del Tercer Templo. Si no tan solo una «purificación» (bajo su punto de vista), aunque es cierto que abre la posibilidad a la construcción del Templo, una cosa no está implica necesariamente la otra. 

 

Sirvan las imágenes de Bansky, insigne artista para acompañar esta reflexión.

 

 

 

VENUS – SOPHIA

Sophia, pintada por Nicolas Roerich.

 

Las asociaciones de  Venus a Sophia provienen del mundo remoto del mediterraneo Oriental. Venus como Afrodita es un referente claramente romano adaptado de la cultura griega, pero habría que remontarse al terriorio alejandrino del gnosticismo para establecer de forma clara que tipo de concepto se manifiesta a través de «Sophia», la sabiduría, un vínculo perdido con el conocimiento que el ser humano guarda dentro de sí mismo y que está vinculado con la exploración y conexión con las distintas capas de cebolla que operan dentro de su percepción y codificación genética. Pudiera parecer un tema marginal del pasado, pero como tantas cosas, no lo es, sino que determina la aproximación a una serie de simbolismos que desde la óptica del presente son entendidos desde una generalidad y no desde el detalle que creo que merecen. Comenzemos.

Eósforo y Héspero por Evelyn De Morgan (1881).  (*)

 

Como los sueños a medio recordar, algunas imágenes nos evocan un enigma a resolver, una secuencia de aspectos que la afinación perceptiva trata de enfocar en el transcurso de su existencia, como si tuvieramos la imagen reflejada en un estanque del que solo podemos ver ondas despues de que haya sido arrojada una piedra («la caida en la materia») y tenemos que esperar a que el agua se calme para comprender dicha imagen en su totalidad. En este cuadro vemos dos personajes, uno es Fósforo (Eósforo) y otro Héspero, dicho así es posible que no evoquen nada particular, pero en esencia representan a la estrella Venus. Sin embargo, dos aspectos cualitativos clave de la codificación astronómica de cómo la estrella Venus se aparece en el horizonte. Esto no ha sido atendido por la tradición de los estudios de la antropología de la religión, y creo que también ha dado lugar a confusión dentro de todo tipo de organizaciones que de alguna u otra manera se asocian a los simbolismos de «Venus».

«La estrella de la mañana» es la forma que tiene Venus, en ciertos momentos del año de aparecer antes de que nazca el Sol en el horizonte, es decir, nace por el Este, un poco antes que el mismo, en el cuadro de Evelyn de Morgan (*) es representado por el muchacho que porta la antorcha en vertical, aludiendo a un vinculo entre «cielo y tierra» es decir a Afrodita Urania, el muchacho mira hacia el Este viendo la estrella elevarse (la elevación del plano del espíritu). «La estrella de la tarde» es la estrella vespertina y se representa con la antorcha bajada y mirando hacia el sol de poniente, hacia occidente, viendo a la estrella caer hacia el horizonte. (la caida en la percepción y dimensión de lo matérico).

Acerca de «Venus» en el apocalipsis 22:16 podemos leer:

«Yo, Jesús, he enviado mi ángel para declarar todo esto a las iglesias. Yo soy el retoño que desciende de David. Soy la estrella brillante de la mañana.»

Poca duda cabe que la «estrella brillante de la mañana» es el Lucero del Alba,  es decir, Lucifer, «Portae Lucis» la estrella que se alza, la antorcha vertical que mira al Este y que precede a la salida del Sol. Para el común de los cristianos esta es una cuestión de conflicto interno, ¿cómo es posible que Jesus el Cristo se asocie a Lucifer? y sin embargo es necesaria que sea entendida en su dimensión simbólica más sincera, porque hay dos antorchas, dos cualidades de la estrella Venus por algo.  En este sentido ni son un Ying y Yang, ni juntos hacen un «todo».

Por lo común, es normal que al cristiano común dicha afirmación le cause perplejidad, sin embargo los textos de revelación, como el Apocalipsis, tienen una dimensión gnóstica innegable sobre todo por la codificación mistérica que transportan. El caso es que efectivamente, Lucifer, es entendido como «lo caido», pero esa es la cualidad de la «Estrella Vespertina» es decir, la «estrella brillante de la tarde» que está perdida en la materia,  únicamente en lo «carnal» (el problema es cuando lo matérico, lo visible, lo sensorial se considera lo único «real» en ese sentido nuestra sociedad de luces artificiales y de distracciones visuales es muy como «La estrella de la tarde»)  Sin embargo, el Cristo se asocia a su contrario, es decir a «la estrella de la mañana» que cualitativamente es la «antorcha dorada vertical«, no la plomiza de la tarde, es decir, la estrella de la mañana se alza hacia lo Celeste, hacia lo Uranio. Ese es el «Fósforo» , lo que enciende, en contraposición a «Héspero» que es la estrella de la tarde que se «apaga». Cristo en cambió,  sería un «portador de Luz» (de conocimiento al encuentro con la Sophia Celeste) que se alza, como «la estrella de la mañana».«Portae Lucis» por otro lado es una evocación a un trabajo con el árbol cabalístico, pero más allá de lo meramente hebreo, tomando en cuenta los contextos, sumerios, griegos y egipcios.

Manuscrito Cosmografico de Isidoro de Sevilla, siglo VI- VII. En el podemos ver la clara relación entre los nombres astronómicos y sus nombres en latín asociados. 

 

En ese sentido, en el texto gnóstico del «Pitis Sophia» aparecería una clave mucho más clara al respecto de porqué Jesús se asocia a la «Estrella de la Mañana» bajo las cualidades que estamos observando. Así pues el texto nos dice:

  • De nuevo, sus discípulos dijeron: Dinos claramente, ¿cómo bajaron de las invisibilidades, desde lo inmortal al mundo que muere?
    El perfecto Salvador dijo: El Hijo del Hombre estuvo de acuerdo con Sabiduría, su cónyuge y manifestó una gran luz andrógina. Su nombre masculino es denominado «Salvador, generador de todas las cosas». Su nombre femenino es denominado «Sabiduría totalmente generadora». Algunos la llaman, sin embargo, «Fe»

Como vemos, la dimesión de «Sabiduría» es algo que se muestra como clave en el vínculo que el Cristo establece con su «transfiguración», que equivaldría al «Antropos Uranios» (es decir al «Ser humano celeste o en síncronía con el Cosmos»), como indicaría Filón de Alejandría en el siglo I, cercano al  tiempo donde el texto del «Pitis Sophia» fue compuesto; pero luego, Ireneo de Lyon tuvo muchos quebraderos de cabeza acerca de que conceptos mantener dentro de los textos canónicos y cuales fuera, en ese sentido el propio Ireneo se antecedió al fenómeno del «Concilio de Nicea» en la selección de los textos «legítimos» o «canónicos».

Si bien «la estrella de la mañana» pudiera ser interpretada también como «Sirio», es decir, «Isis» en el contexto de la cultura antigua egipcia, no tiene mucho sentido esta asociación dentro de una frase que se refiere al linaje hebreo como «Yo soy el retoño que desciende de David. Soy la estrella brillante de la mañana.» Por otro lado tenemos la referencia al contexto de que el símbolo de Venus se repite dentro de la herencia mistérica cristiana, y que es en Diciembre cuando Venus aparece en el Este como el símbolo del Sol que remonta hacia los dias más luminosos, mientras que Sirio tiene su «orto eliáco» el dia 25 de Julio, cuando el Sol ya ha comenzado a acortar su mayor ciclo durante el dia y va en detrimento. Tiene mucho sentido que de forma mistérica como sucede en el Pitis Sophia se vincule a la «Sabiduría» más que a «Isis» como esposa de Osiris, aun cuando María sea un arquetipo que ha sido vinculado tanto a Isis como a Venus, aunque es posible como indica el texto de Pitis Sophia que sean dos nombres, el de Sophia y Salvador, que se refieran a lo mismo, es decir, Gnosis y Soter, Venus y Sirio.

 

La herecia sumeria del símbolo de Venus y su relación con «Sophia» o Sabiduría. 

Sello cilíndrico G-Sum29: Ur III (datado hacia el 2000 a.C.)

Otra forma de la representación de la estrella de Isthar. Época del Rey Melishipak I (1186–1172 a.C.),

 

Pudiera sorprender que el vínculo ancestral de la diosa sumeria Isthar es la que corresponde con la estrella Venus. En este sello, el símbolo de «ocho radios» metido en un círculo es el que corresponde a la mención sagrada de la diosa, cuyo símbolo era precisamente el de la estrella de ocho puntas. La propia Isthar tuvo la dualidad de «la estrella de la Mañana y la estrella de la tarde» , por un lado consiguió los «códigos de los Me» para los seres humanos, la autoconsciencia, pero por otro tenia la sombra de la «estrella de la tarde» que la perdía en sus pasiones y ambición, tanto que quiso conquistar el inframundo, con consecuencias fatídicas para ella y también para el ciclo de la vida. En todo caso, su mito habla de una «redención» y «aprendizaje», a través de su «resurrección» con el «agua de vida».

Parece que no por casualidad la estrella de Lakshmi en la India o la asociada a la Virgen Maria haya quedado vinculada de forma icónica a esta memoria ancestral. Por ello cuando Jesús en el apocalipsis hace esta mención, no debería sorprendernos que se vinculara a estos misterios ancestrales del mediterraneo oriental.

El propio nombre de ΙΧΘΥΣ que significa «pez» en alusión a «Cristo», está vinculado al diagrama del círculo dividido en ocho partes, al igual que el sello sumerio observado. Esto está grabado en el templo de Artemisa en Éfeso. A este respecto cada letra significa una palabra creando una frase: Iēsûs – Khrístos -Theû -Hyiós – Sotḗr ‘Jesucristo Hijo de Dios Salvador’, aquí lo llamativo es que «Soter» es como también llamaban los griegos a Sirio, es decir «Isis» y de alguna forma este tipo de geometría pasó a la iconografía de la Virgen, que aun refiriéndose a «Soter», tiene la estructura geométrica e iconografica de la estrella de Isthar, y de Anu el dios celeste sumerio.

 

Cuadro de «La Sacra Conversacione» por Piero de la Francesca. Francisco Martín Casalderrey realizó la reconstrucción matemática y geométrica de la alfombra en la que podemos ver la estrella de ocho puntas asociada a la Virgen. Se destaca también «la concha» como una evocación a «Afrodita», pero también al «Mar» y al «Pez crístico». 

 

Para seguir desentralazando la cuestión, en un contexto de iniciación, es conocido el viaje de Innana o Isthar al inframundo donde muere y vuelve a nacer tras depojarse de siete velos o vestimentas. Dado que la substituye Dumuzi, su amante, así comienzan los ciclos de primavera, verano, otoño, invierno, lo que más tarde se conocerán como los cultos a Demeter, Ceres o Cibeles. En algún otro artículo ya he mencionado esos misterios dan muestra de estar relacionados con la tradición de Melchisedec acerca de la consagración de el pan y el vino, es decir el culto de las semillas vinculadas al «Árbol de la Vida». El propio sello de Melchisedec fue el siguiente:

Símbolo de Melchisedec en la Iglesia cristiana de Khirbet cerca de Jerusalem

 

Iglesia de Raneva en Italia.

El símbolo de Melchisedec aparece representado en la mesa. 

Como vemos la asociación al símbolo de las «ocho puntas» se mantiene, dentro del contexto de lo semítico en la transmisión simbólica es conveniente buscar la trazabilidad de una cultura a otra. Sabemos que Abraham era de Ur, una ciudad sumeria, y que Melchisedec y él se conocieron. Es dificil entonces prescindir del contexto cultural para entender la simbología asociada, donde la semilla sacralizada y el vino, eleven la materia, que es alimento, a la conexión con lo divino entendida como «sustento» es decir, no solo somos materia, sino que por lo común necesitamos ser sostenidos con el proceso de transmutarla para ingerirla (con excepción de los frutos) y que esa esencia de lo divino, la vida, se sostenga en nosotros, entendiendo la misma como luz solidificada.

Desde este punto de vista, el androginato, es una relación de la materia (lo femenino) con lo celeste o uranio (lo masculino) que alude a la conexión entre Gea y Urano que fue cortada por Cronos o Saturno (debido al exceso de creación y generación de Urano de materia a través de Gea), la ruptura entre estos dos arquetipos hace que la materia esté en un «olvido de si», en su propio espejismo, la «Sophia caida» , el Lucero vespertino o estrella de la tarde, pero cuando es sublimada hacia el Este como «Estrella de la Mañana» es la Sophia «que se alza hacia lo celeste» recordando su enlace original. En el mundo cristiano esta quedó entendida como «un portal» en conexión con el «Cristo». Esa conexión, ese portal (Sophia),  bajo los términos de Platón debía llevar a la «psique» al «Hyper-uránion tópon» al lugar que está «Más allá de los cielos», es decir, más allá de la manifestación puramente matérica del universo, el lugar donde surgen las propias «ideas puras» (cuyo puente se encuentra en el texto del Timeo) y que en el Medievo fue concebido como el «Empireo» allí donde habita Dios mismo. Ni que decir tiene que la filosofía Platónica se basaba en la búsqueda del Bien y la vuelta al Uno.

La «Sapienza que emana da Dio» por Sano Di Pietro, pintura de  1471

Representación de Sophia en iglesia ortodoxa. Se destacan los siete pilares como eco de esas «siete vestimentas» de Innana.

 

En la tradición ortodoxa se entiende a «Hagia Sophia» como «Santa Sabiduría»  , aquí vemos a la propia Virgen a la izquierda de Sophia sosteniendo la estrella de «ocho puntas».

Al mismo tiempo en el Apocalipsis tenemos a la «mujer vestida de sol» donde algunas iconografías de los Beatos muestran con un «mandala de ocho puntas» como alegoría a ese parto celeste (la sabiduria) que enfrentará a la Bestia (la ignorancia).

Es entonces cuando «Héspero», la estrella Venus «caida de la tarde» se redime para convertirse en la «Estrella de la Mañana». Hespero tiene la etimologia de «Espera» o «Esperanza», como redención a través de la reminidiscencia de su condición original. El jardín de las «Hespérides» , que parecen por etimología hijas de Hespero, custodian las manzanas doradas, es ahí donde el héroe o la heroína ha de volver en su camino de retorno al Ser, pero lo ha de hacer con la energía de «la estrella de la mañana» o Fósforo, es decir, «encendido de luz», para llevar Luz que anuncia al Sol, el Logos primordial, y así remidir al Jardín de la Serpiente Ladón y que todo vuelva a ser Uno.

La cualidad del conocimiento de la «Estrella de la Mañana» es la geometría, la música, astronomía y aritmética,  (según Platón, Afrodita Urania, el amor celeste) lenguaje primordial que da luz a la «retórica, lógica y grámática» más propio de lo vespertino, pues sin la guía de lo primordial, nos quedamos perdidos en la estética de las apariencias producidas por el lenguaje, las sombras que caminan a ciegas chocándose contra las peredes y contra sí,  lanzándose sortilegios verborroicos. Acaso ese recuerdo, eco de lo celeste nos invita a  retornar al lenguaje de la luz, aquel que evoca a la propia esencia de la Natura, propia estructura divinizada de la Mater.

El «Zep – Tepi», el primer tiempo de los Egipcios configura una esfera primigenea que recuerda a los estadios de Mitosis celular, donde todo crece en «octavas» 1, 2, 4, 8… aqui vemos ocho figuras como esencia ese ritmo primordial de la esencia de la «Bios» , de vida en si misma.

 

 

*Nota: Este análisis es antropológico desde una perspectiva filosófica que se centra en textos existentes y en asociaciones que se establecen dentro de un contexto cultural e histórico determinado, es la forma en la que creo ciertos conceptos pueden aclararse y ser enfocados de forma constructiva.

David Iturregui, es escritor, músico y dibujante, es autor de este artículo y ya tiene disponible su última novela «El Alma del Mundo». 

IMAGINACIÓN Y CULTURA

Decia hace poco el filósofo estrella para ciertos sectores «elevados», Yuval Noah Harari, que los seres humanos no luchan por los recursos materiales o territoriales, sino por las narraciones, «las historias» que los seres humanos «imaginan en sus mentes». Una perspectiva hecha como introducción para un libro cuyo propósito es explicar a niños el porqué de los conflictos. Claro uno se pregunta donde queda el maquiavelismo político en esta ecuación, dado que parece que «imaginar» es el foco del problema, cuando no lo es. Harari pone el foco en que el problema es «la gente común» que «imagina cosas» cuando en realidad son los liderazgos tóxicos lo predominante en la creación de conflictos.

Pareciera que esta «imaginación» que Harari describe no proviene de ninguna parte o  la misma es creada de forma espontánea sin ninguna emanación previa, es decir, Harari nos muestra una «imaginación» que está separada del mecanismo de inercia cultural de repetición de ideas y chouvinismos que la mente consume dentro de su entorno tribalizado que llamamos «nación» o «país», lo cual no es así. La mente a la que se refiere Harari es una que está sujeta precisamente a la inercia de la ideas que son consumidas dentro de una cultura dada, las cuales pueden ser amplificadas con un mal liderazgo y de hecho condicionar la «imaginación natural». Pero eso no tiene nada que ver con la imaginación pura. Harari confunde «la mente cultural» o  «la mente inducida por decisiones jerárquicas» con la «imaginación» y son dos cosas cualitavamente distintas.

De hecho es la imaginación, liberada del yugo de la cultura,  lo que puede salvar a la mente de si misma o de la «ideocracia» generada por una cultura cuando está en conflicto con otra.  La imaginación activa es la usada (como un regalo de Atenea) por los escritores, los creadores, los artistas y filósofos para plantear un espejo que desmonte a la propia mente, como si esta fuera el propio escudo de Perseo en realidad es lo único que puede petrificar a la Medusa. La «imaginación» como puente hacia la intuición puede acercarse a verdades que se quieren ocultar, y que normalmente son ocultadas por el un fatídico liderazgo o las élites tóxicas. Lo que aparece primero como una intuición, aun no siendo infalible, más tarde puede ser perfectamente corroborado.

 

En el mundo griego aparecen tres estadios arquetípicos de «Mente». 

  • El primero es Cronos, al que Hesiodo en su Teogonía muestra como paranoico y con miedo a perder su poder, por eso en el mito devora a su propia descendencia. (eso es debido a la causa-efecto que estableció antes derrocando y castrando a su padre Urano)  Hesiodo le llama de «retorcida mente».

Cronos representado con su guadaña, alegoría del «tiempo lineal». 

 

  • El segundo es Zeus, de cuya cabeza o mente nace «Atenea», la virgen armada y sabia que sirve de consejo divino a los mortales, ella es el agente del «Nous» o mente cósmica que ayuda a los seres humanos a realizar sus labores aparentemente imposibles. Ella asiste a Ulises y a Perseo, entre otros.

De la cabeza de Zeus nace Atenea, le flanquea Apolo con su lira y señala a Perseo que porta el escudo Aegis. 

 

  • El tercer arquetipo es la destilación de Atenea en el plano del hierofante, Perseo dotado con el escudo del Aegis, que también se entiende como una armadura primordial hecha de piel de cabra (alusión al Vellocino de Oro o a la cabra Amaltea), el caso es que el Aegis como escudo hace que la Medusa se vea reflejada en el escudo de Perseo y este pueda descabezarla. Del cuerpo de la Medusa nacen Pegaso y el gigante Criasor (espada de oro). Es la naturaleza alada de Pegaso la que destila el potencial de aquel que ha petrificado al «falso yo» a la Medusa, la falsa narrativa de la mente, para poder iniciar el camino de retorno junto con Pegaso al jardín de las Hespérides, es decir, entrar de nuevo en el Jardín del Edén, puesto que contiene las manzanas áureas, la autoprogramación de la consciencia.  De ahí Perseo podrá derrotar a Ceto y establecer matrimonio con Andrómeda, lo celeste, dado que a su muerte Atenea le cede un lugar entre el cielo junto a Perseo.

Gustavo Moreau en su interpretación de Pegaso y el «poeta errante». 

 

Desde aquellos tiempos míticos, los artistas y los poetas entendieron a Pegaso como el potencial del vuelo de la imaginación que vuela en el Pneuma, en el campo del espíritu, para volver en su inspiración primordial al vórtice de la creación de lo real, el Jardín original, el principio mismo de la creación humana. Ese sería el lugar de «Aion» la deidad griega que cualitativamente se asoció al tiempo y que abarca pasado, presente y futuro, que posteriormente se asoció a los ciclos.

Ese lugar de núcleo de creación perceptiva para mí seria análogo al estado de Avalokiteshvara en el mundo hindú, donde el ego ya no se reconoce como su fragmentación en la narrativa cultural dada, sino que su percepción está directamente vinculada a la emanación del Nous, ese sería el retorno al Jardín Edénico, a las Hespérides más allá de esfera Astral sujetada por Atlas a la entrada de las Hesperides.

 

Avalokiteshvara, representado en la tradición tibetana.

 

Aunque el mundo Griego y el mundo Hindú paracen separados, se conocen los diversos intercambios que en el pasado se dieron entre ambos. No por casualidad el relámpago que Zeus sujeta es análogo al Vajra Hindú.

 

Es por ello, que la «imaginación» no es el problema, dado que la misma puede ser agente de revelación es también intuición como la que uso Julio Verne, Nikola Tesla o Gene Roddenberry, entre otros. El problema no es la imaginación sino la mente que no la utiliza ni la ve como virtud, ya que esta permite el vuelo alado más allá del propio laberinto al que somete la descripción de terrenal y la narrativa de la cultura para ir más allá de los espejismos producidos por la misma.

Simplificar el problema y decir que son «imaginaciones de la mente» las que crean los conflictos humanos es quitar responsabilidad a aquellos que utilizan la «psico-historia», la instrumentalización de la historia para justificar toda clase de actos deplorables. Pero no, la imaginación no es el problema, es lo sacro.

Por una imaginación que permita al ser humano crear su «sueño lúcido» hacia la Paz!

 

PSICO-HISTORIA

El término psico-historia fue acotado dentro de la trilogia de novelas de ciencia-ficción de Isaac Asimov. En estas novelas, Hari Seldon, es un psico-historiador que predice la caida del Imperio en el que vive. Más allá de la narrativa de la novela lo que propongo es relacionar el concepto de «Psico-historia» (actualmente activo y usado) con el de «dualidad» en la percepción y el campo del espiritu,

El personaje de «Hari Seldon» en la serie de «Fundación», basada en la novela de Isaac Asimov. 

 

A veces la «dualidad» no es espontánea, sino que es provocada, y lo es porque de la misma se puede predecir un beneficio mientras otros entran en conflicto. Por supuesto, la ética brilla por su ausencia, y cualquier clase de valores humanos.

En las manifestaciones también hay polaridad y proyección de polaridad hacia un «otro» que también se ve con el derecho a manifestar su punto de vista.

La mente y las emociones crean esta polaridad, pero muchas veces ese «pensamiento» no nace en el individuo sino que es inducido o conducido por el «pensamiento masa» que consume las interpretaciones de la «psico-historia» que es dada por sus gobernantes, sean de la cultura o nación que sean en estos dias.

Hay personas que buscan ser soberanas en su percepción, y que entienden ese principio de «dualidad», otras en cambio prefieren esperar a que les digan qué hacer y qué pensar.

La soberania de la percepción no es algo sencillo. Efectivamente la idea de «lo justo» se puede llevar por delante la belleza creada por otros en las justificaciónes de la «psico-historia».

Vandalización totalmente injustificada de la «Venus de Velazquez», fuera del contexto de las protestas contra el cambio climático, aunque la denuncia es justa, la acción no lo es. 

 

¿Donde está el término medio? ¿Pueden las manifestaciones que piden paz apoyar a un solo lado de una balanza? ¿no es más lógico pedir una via de reconciliación de dos partes, viendo donde las dos han sido heridas? Sobre todo cuando esas dos partes no solamente implican su propia paz, sino que son una llave a que se genere prosperidad más allá de ellas.

En vez de seguir rezando o sintiendonos afortunados de que el castillo de naipes no se haya venido abajo aún, ¿no sera mejor darle cimientos?

Esos cimientos solo existen más allá de la dualidad y de la polaridad, pero para eso el otro también ha de levantar su zapato de la espalda que pisa justificandose en su intepretación histórica-cultural.

¿Pero cual es el agente narrativo que crea la polaridad o la dualidad en el pensamiento masa? Las naciones justifican sus acciones en su intepretación de los acontecimientos históricos. Pero eso no es historia.

Eso es la Psico-historia.

 

La historia es de la musa «Clio», pero la «psico-historia» es de «Cronos», del tiempo lineal. De la ilusión de que de alguna forma conociendo «la historia» puede predecirse su futuro.

Los mejores historiadores de nuestro tiempo saben que eso no es posible, que la historia es un devenir que no es «controlable» ni «predecible».

Sin embargo, las élites de ciertos paises justifican sus acciones basandonse en la «psico-historia», de que alguna manera ellos pueden predecir qué sucederá con seguridad. Hasta pueden crearse ciertos acontecimientos para dirigir la «psico-historia» de con una dirección u otra. Por supuesto hay probabilidades de que si ocurre un acontecimiento le pueda seguir otro, pero eso depende la interpretación e intereses descriptivos del acontecimiento en sí. La cuestión es si estos son «espontáneos» como a veces se presentan o tienen otro contexto más complejo, es decir, se les dá una teleología, una dirección determinada a unos intereses.

¿Hay descripciones neutrales de la historia hoy en dia? No lo creo,  porque no hay psico-historia neutral.

Es todo un espejismo narrativo de la mente, y sobre todo de aquella que está relacionada con el maquivelismo del poder que quiere justificar sus acciones bajo estas perspectivas. Mientras los paises basen su «psico-historia» en una herramienta de «tablero de ajedrez» no habrá equilibrio sostenible a la larga posible.

De ahí que aunque la gente se manifieste forma parte involuntaria de la descripción de la «psico-historia» de un bando u otro.

La pregunta es ¿podremos salir del espejismos del bucle que la psico-historia nos crea con certezas de lo que ha futuro va a pasar?

Toda narrativa hoy en dia se está construyendo bajo esa premisa.

PORTAR LA ANTORCHA

 

«Sostener la antorcha», dicho concepto parace solamente atribuirse a los «juegos olímpicos», pero eso es una mera adaptación contemporánea. Si bien estos provienen de la misma Grecia, el simbolismo de la antorcha fue extraido de la tradición de los «Misterios Eleusinos», en particular del hijo de Semele, a su vez hija de Cadmo y Armonía, el cual realizaba la función de «portar la antorcha» (evocación también a Demeter buscando a Perséfone).  Aunque el simbolismo aparente se mantiene, no tiene nada que ver con lo competitivo , más bien lo contrario, es un eco de volver a reunir lo separado a través de la vía del corazón oculto en la raíz de lo humano. Se trataba de sostener una forma de «saber» en el tiempo, nada que ver con lo «olímpico» de la actualidad, era la evocación a una «chispa» divina olvidada, camuflada, perdida, dentro del Alma humana.

En el relato mítico, Cadmo y Armonía se convierten en serpientes, de su unión nacerán distintos hijos, entre ellos esta Semele, de cuyo nombre deriva la palabra «Semilla», «Seminal».

La cuestión es que Zeus gustaba de la mortal Semele, y Semele de Zeus,  pero Hera, pareja de Zeus, no podía aceptar esa atracción, como de costrumbre trazó un plan para que Semele fuera indirectamente castigada por atreverse a ser amante de su marido. Se hizo amiga de ella y Semele le contó de su relación, entonces Hera le sugirió que para estar segura de que Zeus era verdaderamente él se apareciera ante ella como realmente es en su plena potencia. A Semele le pareció razonable, cayendo en la trampa de Hera,  y eso le dijo a Zeus, aunque este insistió contestándole que no era una buena idea, y Zeus trató de aparecer ante la mortal en baja potencia conteniendo su poder, pero aun así el encuentro con la verdadera dimensión de Zeus fue terrible y Semele fue consumida por los rayos, tormentas en una visión incomprensible, inefable y fatal.

Metáfora que alude a que no siempre estamos preparados para ver y comprender ciertos misterios en su verdadera dimensión, sino que todo ha de suceder en un debido momento, no sea que se nos «cortocircuiten los plomos» o seamos absorbidos ante lo inefable sin poder constelar ni integrar ninguna clase de saber.

Semele envuelta en las llamas ante la visión de Zeus, consumida, muerta en el instante ante la verdadera presencia y manifestación del Dios.

Semele, observando la transformación de Zeus que le hará consumirse y morir.

Pero antes de morir Semele queda embarazada, cuyo feto es salvado por Zeus y nutrido de su mismo muslo. Dicho niño se llamará Zagreo, Iachus, o Yaco. Ese niño es que simbólicamente era representado en los Misterios Eleusinos como «el portador de la antorcha» que había de llevar desde una distancia de unos 30 km hasta el santuario, desde Atenas hasta Eleusis, como representación ritual. Es muy posible que en el mundo antiguo esta representación  fuera también asimilada con «Harpócrates», el niño del secreto de la antigua religión greco-egipcia, del que emanaba el mismo Verbo, que activaba el espíritu o el «Ka», hijo de Serapis e Isis en el culto sincretico de ambas religiones.

A ningún griego que apreciase y conociera su cultura no se le podría escapar la evocación a Prometeo, creando así una analogía directa entre Yaco o Iachus y aquel que roba el fuego a los dioses para otorgarle posibilidad de visión a los seres humanos. De hecho, en ciertas fuentes, Yaco o Zagreo es desmembrado por los Titanes,  con cierta evocación al mito de Osiris, solo se salva su corazón que es  custodiado por Apolo llevándolo a los bosques del Parnaso. Zeus fulmina a los Titanes mientras recoge el corazón de Yaco del Parnaso, de las cenizas de los Titanes mezcladas con los restos del niño nace la humanidad al introducir el corazón de Yaco de nuevo a Semele antes de ser consumida por la visión en plena potencia de Zeus. De ahí, de la herencia matérica de los Titanes y los restos de Yaco provendría la naturaleza de Caos y Orden mezclada en la pulsión de lo humano. A Yaco, por nacer, morir y renacer en Seleme, en tanto que avatar de un Dionisio niño se le entendia como «dos veces nacido».

Dicho epíteto el de «dos veces nacido» correspondia a los iniciados, los cuales habrían observado y participado en los Misterios Eleusinos dentro de una dramatización cósmica que tendría como objetivo desvelar los propios misterios del flujo que alimenta a todo lo vivo, dioses, animales, plantas y humanos… el misterio de «Zoe» y de «Bios», el misterio de la propia esencia de la vida, que se encuentra en toda «Semilla», en toda «Semele», esencia que Perséfone contendría en su aliento a la «Salida de la Luz del dia» y su encuentro con la esencia de Apolo, la Luz, Gea, la Tierra y las Náyades, ninfas que habitaban el agua dulce, las cuales activaban esencia de vida que hacia brotar de nuevo a la energia traida por Perséfone, teniendo «Aretusa» una especial distinción entre las mismas dentro de los Misterios.

Sin embargo, la esencia de «Bio» del impulso vital, no tenía porqué transportar «memoria», o «sabiduría» en los humanos por su mezcla matérica con el Caos de los Titanes, aunque para eso servía el encuentro con el misterio de lo «anímico», aquello que «anima» a la potencia de Gea, de Gaia, era la potencia que la fecunda, siendo los iniciados testigos del «hálito divino» o «el Pnuema», como respiración y exhalación «caliente» que sostiene el pulso de la propia vida de la que el humano participa. Pero el filósofo sabe, más allá de las enormes y potentes pulsiones dionisiacas de lo intraterreno, que ha de constelar la potencia de Vida sin ser arrastrado por la misma, ha de controlar al fuego lo justo para someter al invierno y permitir que las «semillas» vuelvan a brotar.

Ese encuentro con lo «Anímico de Gea» era, en parte, un encuentro con una proyección del «El Alma del Mundo», una deidad invisible, abstracta en esencia,  que impregna el Cosmos en un tipo de condiciones precisas y mezcla de los cinco elementos si  están en «sincronía» con una «armonía» que permitia la posibilidad de «vida». Constelar al «Alma de Mundo» es extraer la enseñanza de su armonía, de su «numen numérico», y así aprender el lenguaje del espíritu que se incorpora de una forma ubicua.

Platón tomaría un paso más allá en el Timeo y hablaría de la propia esencia estructural en la raíz del «Nous», de la mente Cósmica que posibilita el recuerdo en el vehículo de lo vivo, entendiendo la filosofía como la nutrición para el Alma que la permitia articular el Recuerdo Total de la configuración misma lo Vital.

 

En la actualidad, sin embargo, el mito de Prometeo ha quedado relegado a la mera «Tekné» a la «técnica» de la que tanto prevenia Platón que podia confundirse con «conocimiento». La «Tekné» imita a la naturaleza, pero no es la naturaleza misma, en los tiempos contemporáneos se ha olvidado la parte del mito que va más allá de las producciones de la «Tekné» en lo humano y como el mito de Narciso estamos enamorados de las mismas incapaces de reconocer de nuevo al «Alma del Mundo» y establecer una sincronía con la misma porque nos hemos perdido en el camino de la «Tekné aristotélica», perdiendo asi la capacidad de entender la estructura mítica que se sincroniza con los pulsos de lo orgánico. De hecho construimos «laberintos de Tekné» que cada vez más nos encierran en la cueva platónica de  las sombras (llena de espejismos, fantasmas virtuales, deseos y pulsiones) , en vez de llevarnos hacia la Luz que nos sincronice con lo orgánico, de nuevo.

La evocación de este «Alma», de la pulsión anímica que mueve lo vivo en tanto que lo sacro quedó configurado en la religión cristiana a través de la «vírgenes» que no eran sino una evocación clara la fuerza que se combina con Gaia, cuando esta es nutrida, fecundada, es decir, el espíritu o aliento de Vida que evocaba al retorno de Perséfone y activación con la Luz. El eco de lo Eleusino quedó así latente en la iconografia cristiana cambiando a Demeter por una Virgen asimilada directamente con Afrodita, que nace por la acción de Cronos dado que Afrodita transporta la recreación en tiempo lineal de lo Carnal, (árbol genealógico) que aún albergando la chispa del «Alma» esta puede, o no, retornar al «recuerdo de sí» en la vía del espíritu y el «Alma del Mundo», más allá de la experiencia del tiempo lineal. Para eso estaba el «Amor a Sophia», el rescate del eter en lo matérico.

Observamos aquí la «Virgen de la Granada» de Boticelli. Dicho fruto se asocia a Perséfone, hija de Demeter, sostenida aqui por el Cristo como una evocación a Harpócrates, o niño del secreto.

 

Virgen de la Granada pintada por Botticelli en 1487.

El Cristo sujeta la Granada, evocación al fruto de Perséfone que le es dado por Hades  para que esta quede un tercio del año  bajo tierra. El Cristo en tanto que vía de la activación del espíritu, evocaria al niño del secreto, y del misterio del verbo. Heka.

Pasado ese periodo, Perséfone, la Venus intraterrena, sale a la Luz, fecundado toda la diversidad de la Naturaleza con su potencia haciendose una con su Magna Mater, Demeter.

Aqui vemos como Boticelli superpone de forma Exacta, tanto el rostro de la Virgen al de Afrodita en su cuadro «El nacimiento de Venus».

 

 

Aquí en el «Nacimiento de Venus» se produce la vuelta de las semillas arrastradas por Céfiro, viento suave del oeste, que las esparcirán para la vuelta de la primavera. Las flores que el viento transporta son el «Mirto», símbolo de Afrodita, que evocaría a una Perséfone de las estaciones que trae de nuevo la renovación. Se ha dicho que esta es la Venus celeste por su momento prístino de nacimiento, eso no es lo que dice la Teogonía de Hesiodo, y al lado suyo una ninfa pronto le cubrirá con el manto de la materia.

 

De la misma forma en las catacumbas de «Kom el Shoqafa» aparece a la entrada precisamente la concha de Venus, ya no alegoría de las estaciones sino de los propios ciclos vitales del alma y sus renacimientos.

Venus Pandemos (Charles Gleyre, 1854)

Sería esta la Afrodita terrenal, la de los misterios de Gea y de Gaia. Aquí la vemos encima de una cabra, quizás alusión a aquella que alimentó a Zeus, Amaltea, y que está tirada precisamente por un fauno infante que porta una antorcha, evocando precisamente a Yaco, Iachus, el hijo de Semele. En todo caso, la indicación del símbolo de la cabra (que resultaría andrógina) seria hecha por Apolo.

La madre de Semele, creadora de la «semillas», era Harmonía, esposa de Cadmo. La diosa Armonía hizo un voto a tres diosas, Afrodita Urania, otra a Afrodita Pandemos y otra a Apostrophia. Esto nos indica algo, para conseguir la Armonía completa no basta con los Misterios terrenales de las Semillas, sino también con Afrodita Urania, propia de los filósofos. Esta forma triple de la diosa no fue exclusiva de los griegos, también los árabes tenian una triforma de la diosa, conocidas como «las tres hijas de Alá» llamadas, Alat (una forma de Athenea) Al-Zuhara (venus vespertino) y Al-Uzza, (venus matutino) que fueron adoradas también en Palmira y Petra.

 

Sería Platón, el que recuperaría la dimensión de conocimiento de Afrodita Urania, es decir, aquel saber abstracto y pitagórico que estructuraba de nuevo la «Armonía Mundi», más allá de la noción de «Afrodita Pandemos», o el culto de lo dionisiaco centrado en la pulsión de lo matérico, dado que a Afrodita Urania no se le ofrecia «vino» en las ceremonias.  El conocimiento platónico rescataría la parte divina de las formas que se expresan en la realidad terrena como camino de retorno a la Unidad constelando una memoria que trenzaría lo aprendido en los Misterios, y por los Pitagóricos, además de la herecia Socrática. 

 

Hay otras carácteristicas llamativas acerca de Boticelli y sus Venus, entre ellas esta esta en su cuadro «Venus y Marte».

Aquí vemos las trenzas de de la propia Afrodita, las cuales evocan al trenzado de un cereal, el trigo. En cierta manera, el filósofo también «trenza» un «cordón» de conocimiento que permite evocar al encuentro de Perséfone con la Luz.

Este trenzado no sería sino la alusión a la Magna Mater, Demeter, madre de Perséfone, protagonista de los Misterios Eleusinos a la que se le ofrece el cereal. Un ultimo detalle, es el saludo de bendición, un mudra oriental que la diosa está relizando como gesto carácteristico y que está asociado a otras deiades como Sabazios y posteriormente al mismo Cristo.

Démeter, haciendo su gesto en una Anfora que evoca a los «Misterios Eleusinos», su gesto serio corresponde al de una «mujer mayor» ya que la diosa Demeter se disfrazó de anciana para mezclarse entre los mortales.

 

Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci, aunque incluye el gesto de los Misterios Eleusinos, muy común en las representaciones de la cristiandad incluye la esfera cristalina, la octava esfera del firmamento, la de las estrellas fijas gobernadas por Uriel el ángel presente en la «Virgen de las rocas», la cual configura el conocimiento de la Musa Urania, la Afrodita Urania, que su discípulo Rafael vincularia directamente con la Sophia celeste uniendo así cielo y tierra hacia el recuerdo en la esencia de lo primordial.

 

 

 

Taller: Cristianismo Primitivo, Egipto y la Alquimia.

 

La alquimia es el operativo a través del cual puede establecerse una vuelta a una unidad primigenea, a un estado de Ser desde el que poder «crear realidad». Desde los tiempos antiguos estos misterios tenian que ver con «los metales» pero todo ello no era sino una nomenclatura de otras cuestiones que tenian que ver con la dinámica en la que el Ser humano se encuentra a la hora de relacionarse con sagrado que hay en lo real.

El cristianismo por su parte ha quedado como un operativo un tanto caricaturesco de lo que fue la búsqueda de una filosofia viva en el antiguo mediterraneo oriental. Nuestras raices espirituales están sin duda unidas a esta clase de narrativa, pero que sabemos adulterada por poderes narrativos imperiales del impero romano antiguo. La herencia romana pirateó al cristianismo que era mucho más mistérico de lo que pensamos. No se trata aquí de hablar de apostoles ni parabolas, sino de la evocación mítica de una serie de estructuras que tenian que ver con la evocación de lo primordial. El gnosticismo, muy amplio y no exento de cierta complejidad, guarda ciertas claves que posteriormente fueron incorporadas al saber de «la alquimia», un conocimiento que sigue evocandose en «creaciones fílmicas» contemporáneas que no pueden interpretarse en su totalidad sino se parte de estas claves mistéricas.

Egipto por su parte guarda un paralelismo fundamental con la evocación a un cristianismo que se dió de forma posterior. Los mitos egipcios por su parte, en concreto los relacionados con Osiris, nos muestran unos arquetipos que tienen que ver directamente con «restructuración de la percepción». Isis como diosa de la magia evoca a la recuperación primordial de los «fragmentos» de su amante muerto y cómo la vuelta a la unidad de los mismos producen la vuelta al Ser.

La alquimia por su parte, a través de fragmentos, volver a reunir una clase de información que pueda ser utilizada para «constelar» una autonomía de Ser. Una serie de elementos son otorgados por diferentes fuentes, los metales, los cuatro elementos, la arquitectura y la música sagrada, tienen la característica de emprender un camino iniciatico, un viaje más allá de la descripción y narración «social» de aquello que es «lo real». Nuestra tradición filosófica y espiritual es muchas veces meramente retórica y no atiende estas cuestiones que están basadas en el conocimiento del «Quadrivium». No se trata de una filosofía que vende «prestigio social», no tiene nada que ver con eso, sino conexión interna, un aprender a «ver» el mundo de una forma distinta más allá de las orejeras creadas por el paradigma social de turno,

De la misma forma que la «imaginación» necesita del Mito, el Mito necesita de la historia para entenderse a si mismo. Se trata de un peregrinaje, de una dimensión de encuentro con una creatividad interna, con una forma que reclama la autonomía de la percepción y la liberación coral de realidades artificiales y adulteradas para tener la capaciadad de crear la propia reconociedo a los filósofos y maestros que sostienen con su saber que la puerta esté abierta para el potencial de Ser humano.

Taller: El Mito y la Fantasia

 

 

La fantasia tiene una prensa ambigüa, por un lado ha sido ensalzada como la celebración de la imaginación y por otro de forma peyorativa se la atribuye la falta de conexión con «lo real».

Podríamos definir dos terminos. La imaginación que «se pierde en si misma» porque está desordanada y no tiene referencias, y la imaginación activa, como la llamó Jung. Esta segunda tiene la virtud de «constelar» símbolos, es decir, distribuirlos en un orden para extraer un conocimiento concreto. Eso es la naturaleza del Mito y del Cuento. Sin embargo, no todas las fabulas «constelan» y en ese sentido es fundamental entender al Mito o al Cuento como agentes de estructuración narrativa de «lo real».

La realidad tiene una narración, es una descripción, de un vínculo común en un pacto tácito en el que el individuo experimenta al nacer. En ese sentido, hay personas que aceptan la «narración» tácita de constructo cultural inercial, pero otras no y existe una buena razón para que esto sea de esta forma. Eso quiere decir que la descripción de «lo real» no está atada a una dimensión estática sino que, en cierta manera, tiene una dinámica de ser construida entre todos los integrantes que la componen. El artista aporta un reflejo de aquello que lo «social» puede ser, una dinámica de toma de consciencia donde abre lineas de posibilidad, inspiración y creación de destino para «la Psique» es decir, el Alma. Aunque un artista positivo será aquel que utilice esa fuerza arquetípica para dar autonomia al Alma y orientarla hacia la unidad del Ser.

El Mito y el Cuento, a veces, transportan un conocimiento que viene de sustratos muy antiguos pero muy clarificadores acerca de como «el heroe» o «la heroina» toman partido para «fundar» una nueva realidad sobre otra que viene dada. Por ello, la recuperación del lenguaje mítico nos da la mano con el recuerdo de que todo «pacto táctito de lo real» tiene sus ciclos y sus paradigmas. Nuestra época no es una excepción, necesita del Mito y del Cuento para constelar realidad, es decir, para formar parte como agentes activos de la estructuración de lo real y no agentes pasivos que padecen las narrativas creadas por intereses de tipo artificial o maquiavelico.

Cuando uno se adentra en lo «Fantástico» ha de tener en cuenta, que necesita de la ordenación del arquetipo del Mito, es decir, de los elementos latentes que se repiten a lo largo de distintas épocas y que están ahí para constelar un tipo de información. Sino se dispone de la estructuración del Mito, entonces «la imaginación» no puede ordenarse y entonces la confusión aparece y no puede «constelarse información» es decir, «refinar la percepción» para establecer una dinámica activa efectiva y resolutoria en lo «real».

Tener información no es lo mismo que constelarla. Constelar información es integrarla y darla una dinámica que es subceptible al momento y tiempo en el que uno vive.

El arte ha sido una herramienta para tratar con la cualidad de «constelar información» , y la creatividad es el elemento fundamental para atender ese paradigma de «fantasia» ,  de realidad potencial no experimentada, para pensar a la propia realidad cotidiana y hacer una inferencia positiva en la misma.

Durante los años 80 y finales de los 90 algunas creaciones fílmicas tuvieron la suficiente «energía psiquica» para constelar información de una forma atemporal. Peliculas como «Cristal Oscuro», «Dentro del Laberinto» y otras, serán comentadas en la sesión. El objetivo del taller es aproximarnos a estas cuestiones para entender el operativo que hace poner en relación a la «imaginación activa» con el «Mito» a la hora de «crear realidad» desde un empoderamiento de la percepción de la persona.

 

SERAPIS y HATHOR. Un misterio greco-egipcio

 

Serapis era una deidad de Alejandria en el antiguo Egipto, un compendio del culto a Osiris – Apis con vínculo a Isis. Sin duda es un gran ejemplo cultural acerca de los préstamos o adaptaciones de arquetipos conceptuales que se dieron en la antigüedad para tratar con cuestiones como la muerte, la resurrección y aquello de lo humano que sobrevive a la muerte.

También se podría decir que Serapis era una deidad «creada» en Alejandria, o mas bien establecida por Ptolomeo I hacia el 400 a.C. Aunque esta deidad ya existía mucho antes de que la inventaran porque proviene de «APIS» el dios toro de Egipto.

El toro, Apis, era una deidad popular y destacada en la cultura egipcia y tenia la virtud, entre otras,  de transportar el alma del faraón hacia los Campos de Yaru, Iaru, Aaru… las estrellas septentrionales, el paraiso del mundo egipcio. Aunque previamente tenia que superar una serie de pruebas en la Duat.

 

Si uno entraba en la biblioteca de Alejandria también te encontrabas con Serapis ahí en forma de estatua o pintura de gran tamaño, al lado de otra representación de Alejandro Magno como Faraón. Serapis  aparecia con su barba y una especie de jarrón o maceta en la cabeza. Para otorgarle un poco más de seriedad sujetaba un cetro cornudo (duodente) y le acompañaba el perro cancerbero, la mascota canina intimidatoria tricefala de Hades, encargado de servir barra libre de los rios del Leteo. Por otro lado el «duodente», el bastón con dos cuernos era la alegoría a los cuernos del Toro. Aun en lo extraño de la representación de la «maceta», que alude al mundo vegetal, todo tenia su sentido en la iconografía de las deidades de la antigüedad.

En esta imagen creada por Ubisoft de la biblioteca de Alejandria de forma virtual, se distingue una estatua al final de las escaleras, ese es Serapis.

Dibujo diagramático de Serapis. La estuatua o imagen tendría un lugar destacado en la biblioteca de Alejandria.

 

Pero ¿qué era la maceta, o jarrón simbólico que porta en su cabeza? ¿de donde proviene? Apis antes que Serapis, estaba consagrado a Hathor, diosa de la música, la diosa de lo estelar, pero también de los misterios de fertilidad de la tierra y de lo vegetal, los ciclos de año quen en el caso de Egipto tenian que ver con las crecidas del Nilo, con agua roja teñida por los sedimentos. Los misterios de Kemet.

 

Serapis con su característica maceta o jarrón en la cabeza y un vegetal grabado en la misma. Ese vegetal por sus frutos parece ser la higuera egipcia, un árbol sagrado para esa cultura del que surge precisamente Hathor, otra posibilidad es que fuera laurel u olivo.

Hathor como emanación del «árbol de la vida», la antigua higuera egipcia ahora practicamente desaparecida, la diosa está ofreciendo agua sagrada que pudiera ser la versión del «rio de Mnenósime» de los griegos. Los «Ba» o «almas» flanquean el árbol. De este árbol Thoth extrae el nombre sagrado del faraón. Pareciera que también hubiera un cierto eco a la diosa «Aserah» fenicia.

 

Asi que Apis, que luego se convierte en Serapis, es el hijo de Hathor, la diosa de la música en el Egipto antiguo, por ello de la evocación, el ritual y el recuerdo, cuyo número era el siete.

Representación de Hathor en el templo de Dendera sujetando «el sistro» como puerta sónica. El instrumento tenian un significado dual de «vibración» y de «puerta».

 

Posteriormente, entre los retratos de El Fayum, podemos observar como hay un sacerdote de Serapis que mantiene la estrella de siete puntas evocación al siete de Hathor.

No deja de ser significativo, que Serapis, presidiera la entrada de la mayor biblioteca del mundo griego antiguo, es decir, donde se encontraba la recopilación de la «gnosis», el banco de datos, el disco duro analógico de la misma Sophia, o su equivalente matérico más próximo, es decir, papiros y más papiros, aunque la «gnosis» estuviera más allá de los textos, estos eran a su vez muy importantes como barca para no hundirse en el Leteo. Al fin y al cabo la intención del propio conocimiento es preservarse más allá de la muerte,  por ello tiene todo el sentido que fuera una deidad vinculada al Hades quién preservara dicho material que sobrevivir a la muerte física, y así otros pudieran beber del rio de Mnenosime. Si como hemos visto, Serapis, viene de Apis, y Apis de Hathor, la diosa con cuernos de vaca, ¿puede ser Hathor una antigua representación de Sophia? Platón en el Timeo habló sino de la propia Sophia vinculada a los principios de la Armonía Mundi como Génesis, cuestión que está representada en el propio templo de Dendera.

 

Sala de la cosmogénesis en Dendera de unión de cielo (Nut) y Tierra (Hathor) vinculando así una esencia celeste que se configura en el árbol de la vida. Al ser Hathor representante de la estructura musical, se establece aquí una correspondencia directa con el Timeo de Platón, de hecho es tan resonante con el texto que uno podría llegar a pensar en una iniciación del mismo Platón en este templo. De forma posterior, en el paso de Apis a Serapis, el vínculo con la diosa cambiaria de Hathor a Isis.

 

Serapis como Osiris e Isis ambos con formas serpentinas.

 

Serapis y Apis, acompañan al niño del secreto, Harpócrates, asociado a los misterios.

Apis illustration from Pantheon Egyptien (1823-1825) by Leon Jean Joseph Dubois (1780-1846). Original from The New York Public Library.

Es muy posible que la evocación serpentina viniera de la relación de Apis con el Uraeus o serpiente sagrada que portaba el faraón. En ciertas ocasiones ese Uraeus en la frente era substituido por un triángulo, símbolo singular de Apis.

 

Apis con uraeus. Representación triangular sagrada en la frente de Apis.

 

Doble símbolo de evocación triángular que era distintivo de Apis.

La entrada original a la gran pirámide tenia cuatro bloques enormes dispuestos en con la representación de jeroglifo de Apis.

 

Al mismo tiempo dicha representación evocaba a la plomada primordial, símbolo de la arquitectura cósmica que unia cielo y tierra.

 

El caso es que Serapis, al ser una variante griega del Apis egipcio, también estaba vinculado a la los Misterios Eleusinos, cuya muerte y resurreción tenia que ver con el que el Alma recuperara la memoria de su esencia. Sin embargo, surge una pregunta ¿cómo llega de Egipto al mundo greco-romano Apis transformándose en Serapis? Se tiene constancia escrita a través de Plutarco, aunque no se sabe si es del todo exacto, que Ptolomeo robó la estatua de Sinope tras recibir instrucciones en un sueño de un «dios desconocido» de llevar su estatua a Alejandría, donde dos expertos religiosos declararon que la estatua era «Serapis». Entre esos expertos se encontraba uno de los Eumolpidae, de la estirpe de los herofantes de los Misterios de Eleusis. El otro experto se presupone era el erudito sacerdote egipcio Manetón, haciendo de puente entre la aceptación entre griegos y egipcios. También se especula con una evocación a una deidad de tipo sumerio y de hecho la iconografía es resonante.

 

Deidad previa egipcia en la que se basa «Serapis». Apis el toro egipcio

La representación del Becerro de Oro en la historia de los diez mandamientos que son recogidos por Moises, ejemplifica de una forma un tanto caricaturesca el coqueteo que tenian los hebreos con ciertos cultos egipcios. En realidad, la función de Apis en el mundo egipcio distaba mucho del mero caracter puramente idólatra que se le queria dar como ejemplificante en esta narración. Los egipcios de hecho también tenian sus mandamientos que funcionaban en declaración inversa, dado que en el libro de los muertos la «justificación del corazón» acompañaba la declaración de qué tipo de acciones poco honrosas se habian evitado. ¿Es la historia del Becerro de oro un tipo de propaganda negativa hacia lo egipcio aún sin poder desvincularse de esta misma cultura? Eso parece. Sin embargo, Apis, tenia una mayor profundidad que un símbolo desconectado y sacado de contexto. Apis, no era un «becerro de oro», era un vehículo al más allá. ¿Una evocación estelar por unas razones concretas?

 

Catacumbas de Kom el Shogafa, Alejandria, siglo I – II d. C. 

Es dificil entender a Serapis, sin entender a Apis. La simbología sincrética alejandrina indica que el toro, Apis, estaba vinculado a los misterios del inframundo y del más allá. Las equivalencias de deidades que establecieron los griegos y los romanos de los egipcios abren una interpretación coral que evoca directamente a los jeroglíficos egipcios relacionados con la muerte de Osiris y el pesaje del Alma realizado por Anubis.

Entrada de las catacumbas de Kom Ef Shogafa, Alejandria. Se destaca el motivo de la concha sagrada evocando a una Venus ultraterrena que quedaría vinculada a Hathor, Afrodita.

Detalle de la entrada. Se pueden observar dos Agatho daimon, serpientes sagradas asociadas al «buen espiritu», ambas llevan un caduceo de Hermes y un Tirso, bastón que portaban las ménades asociadas al culto de Baco. Al estar vinculadas al misterio de la muerte y la resurrección se asocian al mundo vegetal y su renacimiento en primavera. Todo esto evoca a la muerte ritual de Osiris (aun con iconografía griega) y es la simbología de las Ménades (el Tirso) mezcladas aquí con el bastón de Hermes, las que alegorizan el proceso de destitución de que la matería (Osiris, Orfeo) sufre cayendo de nuevo en el rio del olvido, la muerte como paso al más allá.

 

De un lado de unos de los Agatho Daimon estaba asociado a una figura femenina.

De otro lado estaba asociado a una figura masculina.

El interior poseía distintos grabados de motivos egipcios entre los que se distinguen Anubis y una figura femenina serpentina como contraparte.

El culto a Apis, Isis flanquea al Toro sagrado que evoca a Osiris, y otro personaje le hace una ofrenda de un pectoral. Aparece aquí vinculado también a Baco y la uva, vínculo a los Misterios Eleusinos de muerte y resurrección que la calavera del toro alegoriza.

 

Ahí están Anubis, Thoth y Horus durante el proceso de momificación, pero también de reconstitución del cuerpo de Osiris.

De aquí deducimos que el culto de Serapis, no puede entenderse sin el mito de Osiris, y que Isis era una substitución del vínculo entre Apis y Hathor. Por lo que para extraer todo el significado simbólico hemos de crear una estructura coral de relaciones que no pueden entenderse con un símbolo sacado de contexto como es el «Becerro de oro». Su dimensión es más compleja y en tanto que Serapis está vinculado al conocimiento de la biblioteca de Alejandria, se entiende que hay una relación entre los Misterios Eleusinos, el conocimiento que sobrevive más allá de la muerte, y la idea de la resurreción del Alma en la perspectiva egipcio y greco-alejandrina.

 

Dejo algunas imágenes para acompañar la reflexión abierta.

 

Podemos observar en el Vaticano a Serapis como forma de «Jano», en un doble rostro de «Apis» e «Isis».

Lápida del siglo III encontrada en Quintanilla de Somoza, en León (España) . Tres nombres escritos en griego. Zeus, Serapis, y IAO. Lo que muestra la amplia distribución que tuvo el culto de Serapis más allá de Egipto.

 

Talla renacentista en una de las puertas de la catedral de León que evoca a un hombre con un jarrón florido sobre su cabeza con expresión de éxtasis.

Representación greco-romana de Serapis e Isis hacia el siglo II d. C.

 

En la paleta de Namer podemos ver a Hathor en la parte alta, con su representación de «mujer vaca» y en la parte baja de la paleta derecha podemos ver a Apis como representación del propio Faraón.

 

En este cuadro del siglo XIX , se puede observar las características físicas que los toros de Apis debian tener. A destacar la naturaleza alada que se le quería otorgar poniendo un ala a sus costados que venía ilustrada con un manto bordado sobre su lomo. Se puede ver a una saderdotisa de Hathor en el extremo izquierdo del cuadro, acompañando la escena.

 

Dicha representación tendría un evocación directa al Toro sagrado sumerio, también dentro de esta cultura los propios Lamassu, con cuerpo de toro y cara de hombre guardarían esta evocación. Es muy posible la vinculación con el dios Sin Lunar y las «Astas de toro», a su vez la etimología de «asta» parece provenir del griego «Asterión» el nombre del minotauro, por no decir que esto se relacionaria con Astarte, la diosa fenicia e Isthar, hija de Sin.

 

G-Sum29: Ur III . Sello cilíndrico dedicado a la diosa Innana o Isthar. A destacar la luna creciente con forma de astas de toro.

Hathor, con siete líneas que marcan su característica representativa.

Head from a statue of the cow-headed goddess Hathor. Egypt, Late Period. (Photo by: Werner Forman/Universal Images Group via Getty Images)

De nuevo Hathor pero con una simplificación pentagonal en su rostro codificando una relación con el sonido.

Cabeza de diosa encontrada en Chipre, mezcla greco-egipcia, que evoca directamente a Hathor.

 

Hathor by morteraphan

Dibujo de Anita Burnevik.  https://www.deviantart.com/anitaburnevik