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No un único «Dios»

La «teología evolutiva» simplemente es una rama de la antropologia que no existe.

Si existiera, esta podría estudiar cómo la percepción acerca de la conexión de lo divino ha tenido coincidiencias entre culturas, sobre todo a través de la matemática, geometría, música y astronomía.

En un mundo de una academia de investigación lo suficientemente profunda, la etnomatemática haría un estudio comparativo de cómo diferentes culturas del pasado utilizaron sus sistemas simbólicos como metafísicas para tratar de establecer un puente con lo divino.

  • En la antigua Sumeria los dioses eran números, cuyas relaciones creaban fracciones armónicas. 

 

  • En en la antigua India los Vedas crearon  el Matra-Meru y el Meru Praastar era utilizado para componer los versos de la creación, antecediéndose siglos a la elaboración del «Triángulo de Pascal», además de conocer la secuencia Fibonacci.

 

  • En Grecia, Pitágoras y Platón se sirvieron de matemáticas, geometría sagrada y aritmética armónica para describir el «Alma del Mundo», otros místicos griegos usaron la isopsefía que al igual que la gematria hebrea tenia claves numéricas. Los solidos platónicos eran entendidos como «bloques» constructivos del propio Cosmos.

 

  • Los antiguos hebreos concibieron sistemas cabalísticos de números asociados a letras llamados «gematria» que siguen activos hoy en dia mezcládose con observaciones contemporáneas. Estos posteriormente evolucionaron en distintas ramas, ya en el medievo se observó que distintos conceptos eran coincidentes con el neo-platonismo. 

 

  • Los egipcios usaron jeroglificos como sistemas esquemáticos de representación contenian equaciones que tendian hacia la Unidad Sagrada, como el «Ojo de Horus» y otras figuras como la triada sagrada de «Osiris, Isis y Horus» que creaban el triángulo 3,4,5, una de las manifestaciones previas del «teorema de Pitágoras». Por no hablar de los cálculos matemáticos de las pirámides. 

 

  • Los Mayas usaron la cuenta sagrada de sus números como un sistema de organización de cálculo temporal creando ordenes númericos de alta organización, además del uso del cero anterior a su uso en Europa. Sus pirámides como en el caso de Egipto o China son ejemplo de un uso avanzado de arqueo-astronomía y de cálculos de topología topográfica adaptados al entorno. 

 

  • Los árabes crearon el kúfico, un lenguaje que sintetizaba la geometría abstracta de sus templos para conectar con la metafísica de «Allah», el cual, parece ser, gustaba de la geometría abstracta la cual se presenta en los patrones imbrincados de la fachada de sus templos comparable a cristalografía contemporánea de microscopio electrónico. Ni que decir tiene que estos también leian los textos de los filósofos griegos. 

 

  • Los antiguos chinos usaron el I-Ching y sus 64 hexagramas como puente para conectar con la naturaleza de un devenir que tuviera sabiduria en sus acciones. y repeticiones modulares en sus pagodas que tendian hacia el infinito. La ciudad prohibida de China está llena de cálculos con el número áureo. 

 

  • Los antiguos hindues también usaron esos patrones modulares en sus repeticiones modulares de los templos, además de crear los números que actualmente utilizamos que más tarde los árabes introdujeron en Europa gracias a matemáticos como Fibonacci. 

 

Estos y otros que también serian dignos de mención dan constancia de  la evidencia y las representaciones místicas de las antiguas culturas, a dia de hoy sus tradiciones han variado muy poco. Pero lo que sí puede variar es la percepción de que pese tener diferentes credos lo que les une es el lenguaje de la etnomatemática, y su Dios, no es un dios único, sino que responde a una búsqueda de lenguaje de unión con el propio Cosmos.

Solo el chovinismo perceptivo condiciona a interpretar que la noción de dichas expresiones son manifestaciones separadas y que de alguna manera una u otra tiene alguna relación exclusiva con un «DIOS ÚNICO», lo cual es una alucinación, cualquier cultura que considere que tiene una «exclusividad con Dios» es preciso que se suba al diván del psicoanalista. No quita que todo sistema de su tradición mística les sirva para conectar con aquello que está más allá de la «persona» para ponerse en contacto con una realidad más trascendente, nadie dice que eso no sea digno de ser puesto en práctica, pero si esto no sirve para entender que hay un puente conexión con la mística de otros seres humanos y su conexión con lo sagrado, entonces su contacto con su primitiva deidad tiene tanto valor como los palos que usan los chimpances para comer hormigas. Ah, y para pelearse con el vecino, por supuesto.

Desgraciadamente, solo algunas facultades de antropología y de filosofía en este planeta tienen abierta esa vía de estudio. En lo personal creé una tesis que demostraba todo esto que estoy relatando, y que abre una posible puerta a una antropología y filosofía que estudie una «teología evolutiva» , un sistema perceptivo que abarque y entienda que el impulso de conexión con lo numinoso late en el corazón de todas la culturas humanas y que ninguna tiene mayor razón sobre las demás.

Quizás algún dia llegue su momento.

 

«RELIGIONES»

 

Escribí este texto en el 2007, y todavia no tenia claro a que se podía referir, pero viendolo hoy en dia me resuena con las tres principales religiones del desierto con raíz en Abraham. Una raíz común que sin embargo a lo largo de la historia les ha hecho enfrentarse entre sí.

 

 

Tres presos

cada uno tiene

un trozo de una llave de oro

colgado del cuello,

si juntan cada trozo de su unión resulta

la llave maestra que abre

la Puerta, y todas las demás,

pero tienen que sacarsela

del cuello para juntar los trozos

y hacerla efectiva recreando la forma original

 

Y asi abrir la Puerta

 

Pero todos rehusan a quitarse su trozo del cuello,

y por ello mueren encerrados…

Cada uno apretando el puño

en torno al trozo de la llave

y diciendo:

!Es mía!

!Solo mía!

 

(varios-des-varios, 2007)

ANTROPOLOGIA DE LA EMERGENCIA

 

Biológicamente, a través de la historia humana, la cultura nos ha hecho evolucionar dentro de «peceras perceptivas«.

Esas «peceras perceptivas» definen cómo se percibe cada cultura a si misma.

Cada cultura se cree con la razón, que agrupa su conjunto de ideas, para justificar su sistema de creencias y percepción de la realidad. Pero la «cultura» bajo una perspectiva antropológica no es ese territorio prístino lleno de creatividad que al lenguaje político le gusta utilizar. De la cultura nacen y se crean choques de idelogias y de creencias, en ocasiones de alta intensidad.

 

Existen fenómenos universales perceptivos, como las matemáticas, la geometría, la música u otras ciencias, firma de un verdadero cosmopolitismo, pero el sesgo perceptivo de lo cultural, evita, por chovinismo interpretativo, tomarlos en cuenta como identidad común a otros sistemas culturales. 

 

Cuando surge un conflicto las culturas se vuelven fanáticas en si mismas, y consideran que su sistema de realidad es de alguna forma «mejor» y «más legítimo» para relacionarse con lo real. La «cultura» es una entidad generadora de ideas, buenas y no tan buenas, que puede llegar a coaccionar el comportamiento libre de los individuos que las integran. No se habla aquí del término de «cultura» como producción de «bienes culturales» sino de «culturas humanas». Hay operativos dentro de la cultura que funcionan para la percepción como las «muelas del juicio», tienen que terminar cayéndose, puesto que no son útiles al organismo. Sin embargo, la «cultura» como memoria cualitativa de un grupo humano dado es digno que se viva de una forma que aporte identidad al conjunto de la expresión humana. Aun así hay que considerar una serie de espejismos dentro de la lente convexa de la cultura.

Como un pez que se cría dentro de una pecera perceptiva, es complicado, dado su propio ambiente, que uno no sea alienado por las creencias promovidas por el sistema ambiente de conjunto de símbolos significativos que operan en dicha «pecera».

Se podría entender que la «pecera cultural» es como una «inercia perceptiva» producida por el operativo rutinario y el uso simbólico que cada dia se pone en funcionamiento.

En una sociedad abierta entendemos que cada cual ha de poder gestionar la creación de su sistema perceptivo de lo real, mientras no tenga voluntad de imponerse violentamente a los demás.

El filósofo es ese caso extraño, que no es antropólogo, ni sociologo, ni psicólogo, y sin embargo se relaciona con un corpus epistémico que trata de mirar y entender el «motor» de la realidad. A veces en ese ejercicio se separa de las cuestiones sociales, en otras ocasiones sin embargo es raudo en abordarlas.

Eso no quiere decir que como agente que construye conocimiento no use los instrumentos que las ciencias sociales le ofrecen para articular reflexiones que traten de servir a una «antropología de la emergencia» ante un mundo que tiene visos de sufrir un segundo diluvio universal, pero en este caso no de «agua torrencial» sino de «conflicto multi-cultural torrencial» debido a una exaltación de la cultura identificada con los idealismos de los nacionalismos que se aferran a una memoria histórica como una realidad adulterada de Ser para justificar más que cuestionables acciones.

Necesitamos un Arca de Noe, pero ese «Arca» ha de estar hecha de puro pensamiento, de una especie de autoconsciencia que pueda mantener la lucidez en mitad de la tormenta. Ha llegado el momento de saltar de las «peceras perceptivas» porque estas pudieran llegar a chocar entre sí. El mar es la  metáfora de la «pecera total» , el retorno a la realidad no fragmentada. En ese camino, sin embargo, se produce un desafio claro e inquietante. «Llegar al mar» y «salir de la percera cultural» es algo que el proyecto de lo cosmopolíta ha pretendido posibilitar en la modernidad, aunque es muy dificil que eso pueda producirse sin la guía de una filosofía que indique los arquetipos de conocimiento hacia lo universal que ya estuvieron activos en otros momentos del pasado. A veces el aparente cosmopolitismo de ciertas sociedades sigue manteniendo por inercia un chovinismo cultural de ciertos grupos dentro de su sociedad.

Se necesita, mas que nunca, tomar en cuenta los arquetipos de expresión de búsqueda de conocimiento que unen a las culturas humanas, no que las separan. Estos arquetipos son universales cuando son expresados por geometría, matemática, música, arte, medicina… La construcción de conocimiento humano es coral y ha sido transfronterizo a lo largo de la historia humana. 

La «inercia perceptiva» de cada cultura en un tiempo de conflicto, hace que con cierta facilidad las peceras acaben «chocando entre sí» y haciendo que los peces, es decir, todos nosotros, pudieramos llegar a acabar sin oxigeno, en la playa de forma moribunda. Una metáfora que intenta indicar que es necesario salir de las peceras para ir hacia el mar, recuerdo de la no fragmentación cultural y la integración con el Ser.  Saltar de una pecera para acabar en otra no parece muy inspirador, aunque en muchos casos ocurre precisamente eso mismo, creyendonos más libres en la ilusión de la novedad.

Tendemos a pensar en términos de inocentes y culpables, pero esa dualidad que trata de ponerse en un término maniqueo que culpabiliza siempre al otro, no ayudará de forma práctica para superar la realidad perceptiva fragmentada de cada pecera cultural.

Si acaso el sistema multicultural que habitamos entra en un desfase de convivencia, el propio puede desintegrarse y colapsar de forma fatal. Un exceso de control sobre estos sistemas tampoco va a ayudar, dado que el exceso de control también vuelve a las sociedades rígidas y carentes de autoanálisis. El entendimiento para observar qué es lo que provoca que unas «peceras culturales» choquen con otras es primordial, y en este sentido una visión que recuerde que nuestra «pecera» no es absoluta es necesario para abrir la posibilidad al entendimiento coral y una verdadera convivencia  cosmopolíta.

 

 

EL OLVIDO DE SER

«El olvido de Ser» no es un artificio filosófico o una curiosidad intelectual. El olvido de Ser, no puede ser concebido sin el recuerdo de la estructura armónica de lo que nos rodea. Si el puente hacia el Ser no es recuperado, el artificio ideológico hará a las culturas identificarse con las narraciones de sus heridas históricas, dando vueltas en la lavadora de Cronos, castigandose entre sí.

El olvido del puente filosófico hacia ese recuerdo común del ser humano, de su chispa primordial, le hace más maleable, le separa de su búsqueda de unión.

No es retórica, no es lenguaje, es aprender a ver la estructura común a lo real que es compartido por cualquier ser humano. Más allá de las aparencías… del dolor, existe un eco de principio común, de esencia que ha de ser recordada y rescatada que posibilite una convivencia eficaz. Si el ser humano ve esto como algo anecdótico se falla a sí mismo, y falla a su futuro potencial armónico, substituyendolo por algo peor. El rescate de esa memoria primordial armónica es algo coral, un individuo sólo es difícil que consiga algo.

El cuerdo es aquel que recuerda.

En este mundo de locos cargado con sus radicales razones

EL ARTIFICIO DE LA IDENTIDAD

(ilustración Cameron Gray)

 

 

EL ARTIFICIO DE LA IDENTIDAD

 

Cuán a menudo las emociones están vinculadas a nuestra supuesta identidad cultural.

A veces pensamos en la misma como si esta viniera de un lugar prístino, de unas fuentes ignotas que pertenecen a un pasado remoto e idílico.

Todo eso es falso. La identidad cultural no es igual a la identidad potencial del Ser humano.

La construcción de la identidad cultural es un pacto tácito que se pone en operativo por inercia cada mañana. A veces los guardianes de la «identidad cultural» tienen sus mártires y dicen «nosotros somos como somos porque otros dieron la vida por ello». Es la justificación del martir, de neurótico, del radical, dado que todos los nacionalismos tienen sus mártires.

Pienso en el escritor y traductor argentino Juio Cortazar, pienso en cómo inventaba un lenguaje que no estaba escrito ni creado previamente, porque en esencia esa ha sido la naturaleza del lenguaje desde tiempos remotos.

El lenguaje es una invención, un instrumento, una herramienta que se mezcla con nuestro sentir. Caprichos del gen FOXP-2 que se activó en nuestro organismo y no en el resto de los primates.

Sin embargo, el lenguaje no nació hecho, las personas lo fueron creando generación tras generación, pero no de una forma única ni inamovible, no sin contaminación cultural de otras culturas vecinas. La creatividad humana del lenguaje es una creación coral improvisada. Pero los nostalgicos nacionalistas de Todos los territorios, incluso el propio nacional, no son capaces de aceptarlo, piensan que su lengua e identidad es inmaculada.

Nadie puede decir que «Agur» o «Adios» es mejor que «Adeu», o «Chao».  Simplemente es una invención de lenguaje de herramienta de uso, neutral en esencia.

Sin embargo, para algunos esto no es neutral, sino una instrumentalización cultural.  El ser humano no es solamente su interpretación cultural del azar de la cultura donde le ha tocado nacer.

Jung advirtió de los problemas con las identificaciones parciales del «pensamiento masa».

Todo sistema cultural tiene su inercia de «pensamiento masa». Actualmente vivimos un periodo de confrontación cultural, donde pensamos y queremos justificar que la «defensa de la identidad cultural» es la última realidad del Ser.  Algo que es una aberración en si misma.

Heidegger, el filósofo aleman, lo creyó y defendió así, pero Heidegger fue un nazi. De ahí que fuera un defensor del nacionalismo porque eso daba «autenticidad» al Dasein, a la propia existencia. Todo esta está por escrito y este filósofo ha sido de referencia hasta hace poco un ciertas universidades que no quieren ver lo que Heidegger hizo. Él substituyo la metafísca de Platón que señalaba hacia el Unus Mundus de Jung por el maquivelismo de Nietzche, es decir, por los pulsos eternos y caprichosos del poder en una sociedad materialista que ofrece como substituto de la búsqueda espiritual los problemas territoriales de identidad cultural.

El ser humano es mucho más que su «terruño»  cultural, tiene dentro de sí una memoria primordial que le une al lenguaje del Cosmos, sin embargo, esa latencia propia de la búsqueda de todo místico, actualmente es pirateada por las tendencias políticas de uno y otro bando. En el peor de los casos esto ha llevado a confrontaciones en esta Europa de las identidades «locas» y los neuróticos que se identifican maniaticamente con las mismas como si su «pecera» fuera el «mar de la existencia».

El ignorante solo puede aspirar a creer que las producciones culturales, que él no ha creado, solo responden a un territorio o nacionalismo maniaco que él considera único,  las cuales instrumentaliza como si fueran suyas para justificar sus argumentos basados en la lógica de la falacia. 

He visto en primera persona las consecuencias de eso mismo a comienzos del 2001 en el este de Europa. Muy duras consecuencias.

Es una pena, al mismo tiempo que una vergüenza, que quiera instrumentalizarse la búsqueda de Ser, a través de los miserables problemas de territorio que se justifican en hechos históricos cortados a medida o directamente distorsionados, instrumentalizando a los muertos los cuales ya no pueden hablar. A veces creo que estás cuestiones se ensalzan de forma artificial y táctica creando enormes inconvenientes.

Somos más que la identidad cultural, aquellos que llamamos «artistas universales» como Leonardo Da Vinci, conseguían tocar esa fibra de memoria del Ser humano como una entidad total, pero no fragmentada.

La gente se siente mal porque vive fragmentada en su interior, porque han ensalzado a aquellos que buscan dividirles contra otros seres humanos.

Nuestra búsqueda de qué somos, es un lenguaje sagrado expresado a veces dentro del arte, pero más allá del espejismo cultural. El arte es ese extraño animal que jamás se dejó domesticar dentro del espíritu humano y no se rindió a las pleitesias del poder de turno, y si lo hizo, dejó de ser arte.

Reivindico en estas palabras, la memoria de que para Ser verdaderamente, tendremos que superar las fragmentaciones y los idealismos culturales que se utilizan actualmente como arma social. Las respuestas de la existencia son buscadas por seres humanos de todas las culturas, tenemos que ser eficaces a la hora de encontrar qué puentes, usando nuestra creatividad, crearemos para rescatar a la metafísica del Ser que fue secuestrada por el maquiavelismo del poder, y que nos tiene hipnotizados en su maldita rueca hipnótica, separándonos del Uno.

Ir hacia el Ser no es escuchar una determinada cadena de radio, o leer un determinado periódico, consumir un cierto tipo de cine o escuchar un estilo concreto de música. Ir hacia el Ser se trata de un recuerdo primordial que se pone en funcionamiento a través de una voluntad de dar respuestas a las grandes preguntas de la vida que normalmente se van demorando hasta que es demasiado tarde para poner en práctica su respuesta.

Y hasta que venzamos a ese dragón no seremos mejor que autómatas, recreando nuestro divididos laberintos una y otra vez.

EL ALMA DEL MUNDO – Presentación – Novela 2024

Durante el mes de Marzo, Abril y Mayo estaré presentando esta novela, que aunque inicialmente tenia dos partes, la hemos publicado finalmente solo en un tomo uniendo las dos gracias a Ediciones Matrioska de Salamanca.

Dejo aquí un ejemplo del avance que hicimos en 2023 en la montaña leonesa.

Presentación  en el

Museo de la Siderurgía y Mineria de Castilla y León,

(Sabero, en la provincia de León)

El día 25 de agosto del 2023, César García Álvarez, doctor y profesor de Historia del Arte en la universidad de León , y yo mismo, presentamos juntos mi nueva novela titulada «El Alma del Mundo». El sitio de la presentación no podía ser mejor, el Museo de la Siderurgía y Mineria de Castilla y León, en la montaña de la provincia de León. La cálida entrada a la sesión la dio el director del museo, Roberto Fernandez.

Desde aquí quiero mostrar mi profundo agradecimiento a ambos, a Roberto por la divulgación, disposición excelente de la sala y preparación del acto en toda su disposición técnica, pero también quiero destacar la presentación por parte de César y su buen hacer, además de su lectura temprana de la novela. Contar con él fue un privilegio del que siempre se aprenden nuevos detalles que pasan desapercibidos para otros, Su labor como  investigador profesional es clave en estos momentos y hace que todos los leoneses ganen en la recuperación de su riqueza cultural. Sus más que amables palabras acerca de mi y de  la novela, le hacen a uno sentirse tentado a vestirse con ellas;  aunque en todo caso, siempre me siento en constante  camino y peregrinaje para ver si logro, en algún momento, hacerme digno de las mismas.

César García Álvarez en un momento de la presentación del acto.

Esta novela trata sobre una trama doble, un pasado y un futuro que tienen más en común de lo que podemos suponer.

Es una trama que viaja a través del tiempo. Comencé a escribirla en el 2008, pero debido a los detalles de la trama y otros proyectos que fueron surgiendo, hasta este año no he podido terminar los dos tomos que abarcan la misma, sin descartar un tercero.

Es un libro anómalo, pero con mucha recreación histórica e imaginación hacia un futuro quién sabe si real o no. Aunque en realidad la he escrito con la voluntad de esquivar cualquier situación similar.

De joven hice diversas rutas a través de estas montañas, por lo que están dentro también de mis recuerdos personales. El Museo de Sabero, sintetiza el trabajo con los metales, una cuestión que en la novela está presente de una forma esencial. Como bien observó César, el Museo de Sabero es un Athanor, una estructura arquitectónica simbólica que opera una forma específica dentro de la percepción humana, y que al mismo tiempo busca resonar con un pasado medieval de forma evidente. Una especial memoria ancestral contenida en la riqueza histórica de las tierras de León. Y ahí, en ese pasado medieval que rezuma nuestra tierra y ciudad, está el nudo de esta novela.

Fue en León, hacia el año 1376, cuando un singular peregrino francés con un libro que nadie comprendía llegó a nuestras tierras. Quizás uno de los personajes más enigmáticos de la historia Europea, y también más fascinantes. Para hablar de él me he servido de un personaje ficticio, un monje francés llamado Francois Lambert, un franciscano que sufre una crisis de Fe y que vive en la misma época que el peregrino, este sí, real, antes mencionado.

Al mismo tiempo la novela visita un futuro un tanto «dantesco» en su vertiente tecnológica, parecería este uno de los infernos de Dante, donde los humanos no tienen una presencia, al menos de forma protagonista. En ese futuro, los Bots se han hecho con la superficie planetaria, y de los humanos poco o nada se sabe, hasta que empiezan a encontrar restos arqueológicos de nosotros, que como fósiles del pasado nos mostramos exóticos a una mirada que ellos tratan de reconstruir para entender sus propios origenes.

La abadia del Le Mont Sant Michele, y su reflejo, nos sirve de metáfora para esos dos tiempos donde se desarrollará una historia paralela pero no igual, una trama que irá configurandose como un suave entrelazamiento.

Todo lo que sucede en la novela, en realidad habla de algo atemporal dentro del ser humano, las grandes preguntas que le mueven y la búsqueda de la raíz al porqué de su existencia. Por ello la trama es filosófica, pero también muestra una acción y especulación hacia acontecimientos que, como huecos en la historia, se nos muestran hoy en dia como misterios sin resolver.

El pasado medieval nos habla de alquimistas, de cabezas parlantes imposibles, criaturas míticas, reinos perdidos con los que el propio Vaticano trataba de ponerse en contacto.

Nuestro presente quiere y pretende presentar nuestro pasado como resuelto, que inocentes somos, cuanta necesidad de certeza intelectual buscamos. Pero hemos de admitir que como en otras disciplinas, la historia, mantiene sus paréntesis inquietantes, sus lagunas, sus amnesias. La imaginación puede ser un puente, pero no para sustituir la propia veracidad de los hechos, sino para hablar de cuestiones que están presentes hoy en dia dentro de nuestras inquietudes que se nos presentan como atemporales.  La imaginación puede proponerse como vía de reflexión filosófica acerca estos misterios dentro de la propia academia profesional, y porque no, como inspiración para encontrar respuestas reales e históricas. No en vano dispongo de un doctorado que abordan algunas de estas cuestiones, y que trato de poner al servicio de la divulgación y la recuperación de un eco de búsqueda e inquietud dentro del ser humano, el cual se encuentra adormecido por el bombardeo de las repuestas certeras de una modernidad, que sin embargo nos deja vacios, pero no en un sentido potencial, sino de carencia de verdadera indagación genuina.

Corremos el peligro de crear una elite de nuevos sacerdotes que se crean custodios de la visión de aquello que se quiera imponer como la única verdad, un nuevo fanatismo social que como en el pasado se ha demostrado absurdo. La novela propone datos históricos mezclado con otros, que en el ejercicio de la especulación, se proponen como puente de recreación histórica de aproximación, sin embargo la historia en si misma es una ficción que ha de verse como una fabula de carácter filosófico.

 

El pasado está lleno de pruebas acerca de un simbolismo dentro de una tradición perenne, en la que el aspirante a filósofo debia ganarse con su iniciación. Para conocer había que demostrar una templanza, una aptitud, pero sobre todo un respeto hacia la transmisión del saber, porque el iniciado debía cuidar del mismo, como quién transporta un fuego de una aldea a otra que no lo tiene. A veces el  laberinto y sus estrechos caminos ponían a prueba dicha templanza. Ese es el desafio de aquel que sostiene ese saber.

Cada alquimista, en el pasado cuando realizaba su «gran obra» debía buscar la manera, por lo común a través del arte, de codificar un lenguaje que se sostuviera a través del tiempo por si mismo, porque en el fondo lo que iba a permitir ese arte particularmente destilado era abrir una percepción en la mente y corazón del aspirante más allá de su propio tiempo y espacio.

Los alquimistas no son una corriente marginal dentro de la historia de la ciencia, sino que forman parte entrelazada clave de su avance y evolución en el pasado. Sin embargo, nuestra ciencia actual ha abandonado la correspondencia metafísica que el operaba dentro del propio alquimista, buscando la conexión con la propia naturaleza.

La tradición perenne continará, muchos querrán poseerla, pero esta no pertenece a nadie salvo al que es capaz de transmitirla con belleza y unidad. He tenido el privilegio de conocer a alguna de esas personas, a otras, el azar quiso que me sorprendieran en lugares lejanos a mi origen.  La armonía es su sello, como si transportaran una nota que suena diferente al resto de la gente, fuera del tiempo. La armonía es algo más que un ángel tocando una lira; esta imagen ya es en sí misma transcendente, aunque necesariamente velada en sus misterios. Un eco subyace para aquellos que quieren dar un primer paso en un recuerdo inmanente; una búsqueda que es un peregrinaje arduo, con etapas, maestros reales que desafían elocuentemente en su silencio ante el dragón blanco de la pureza, la cual ruge como el corazón de un huracán. Entenderás, si tu búsqueda es sincera, entre truenos, te lo aseguro , que disuelven al Sí Mismo sin retorica de adorno, para que solo quede ante ti,

El Alma del Mundo.

 

ENTREVISTA EN ONDA CERO LEÓN – 22 DE AGOSTO DE 2023

 

 

 

DOS TECNOLOGÍAS, DOS CAMINOS

 

Hubo un momento en el pasado cercano donde se han empezado a distiguir dos caminos de la evolución tecnológica cada vez más claros.

  • El primero estaba centrado en la autonomía de los transportes (individuales y colectivos) y los avances en la comunicación.
  • El segundo está centrado en la comunicación y la ausencia de la necesidad de transportarnos.

(parece un chiste, pero no, no lo es)

Las consecuencias de estos dos modelos aunque parecidos han abierto una brecha que supone los dos distintos caminos evolutivos de la raza humana. El segundo modelo tiene un peligro de adcción y pérdida de identidad, el primero no.

El primero conlleva posibilidad de la autonomia personal, el contacto presencial, la comunicaciones humanas y las interacciones culturales, mientras que el segundo  genera una sociedad del aislamiento donde todo podría ser realizado desde un lugar deslocalizado pero estático, sin movimiento alguno. El primero fomenta la exploración personal, la interactividad con el mundo físico, mientras que el segundo fomenta una alucinación colectiva, una ilusión constante de los sentidos a través de una psicodelia friendly de pantallas de interacción realista con nuestro seres conocidos y nuestros deseos de consumo, por no decir mayor control gubernamental sobre todo ciudadano.

Mientras que se nos quiere vender constantemente que el segundo caso parece dar más libertad y mas sostenibilidad ecologica, al mismo tiempo abre una posiblidad a un mayor aislamiento y a una virtualización de toda la sociedad humana, creando una desigualdad entre aquellos que utilizarán dichos productos y el resto de seres humanos en el resto del planeta que es muy posible que no lo hagan. El acceso aparente a la tecnología móvil no ha creado necesariamente más justicia en cuestiones de relaciones económicas.

Es más, posiblemente las sociedades en desarrollo son las que desafortunadamente se encargarán bajo este modelo de la producción y extracción de «minerales raros» que los objetos tecnológicos usan, creando ya de por si una diferencia de desarrollo mayor aún donde pese al político discurso de las «economias verdes» se perpepuaria un ciclo de explotación a estas economias y paises en desarrollo como ya ha sucedido durante todo el periodo de la globalización en las últimas décadas, así ha sido en el caso del coltán, el lítio, el grafeno y otros que están o puende estar por venir.

La disyuntiva actual nos presenta una aparente «no separación» entre estos dos caminos, es decir se está maquillando dicha separación, pero ese ir poco a poco condicionando a la sociedad a más usos digitales donde puede acabar haciendo prevalecer un aislamiento atroz entre los seres humanos, además de una atomización de la percepción humana y recreación constante de un mundo simulado creando una  escisión con la propia exploración de lo real en persona.  ¿ La cuestión de un uso de la proyección de imagen virtual constante u holografía como cultura puede traernos algo positivo? La simultaniedad como culto sin poder establecer las relaciones presenciales de una forma consistente abre un paradigma de nuevas condiciones de mayor individualismo en las sociedades de tipo capitalista del que ya había antes.

La inestabilidad geopolítica no ayuda a crear unas relaciones humanas efectivas que se muevan dentro del marco de lo presencial entre relaciones culturales si finalmente sucede esta separación de vias de uso tecnológico, lo que hace a las sociedades adquirir una vertiente cada vez más autista en sus tradiciones. Parece que hubiera quedado una suerte de trauma despues de la pandemia y sus efectos, pero no, estos problemas de disyuntiva tecnológica ya estaban presentes antes.

 

Nos enfrentamos a una distopia donde el escapismo virtual sea una realidad, mientras las I.As son entrenadas para saber cada vez más acerca de cada uno de nosotros, lo que conllevará a las empresas y corporaciones el adivinar los puntos flacos de adicción a sus productos de cada ser humano.

 

Ya somos yonkies digitales, puesto que estas tecnologias ya se han mezclado con lo laboral y las relaciones personales; la cuestión es hasta que extremo vamos a estirar la cuerda de poder establecer una dinámica segura de rescate de la percepción humana como tal y que esta no sea substituida por la inteligencia artifical coorporativa que pirateara nuestros modelos psicológicos para hacernos adictos a sus tecnologías cada vez más inmersivas, y que cada vez secuestran más toda experiencia física. Uno llega a preguntarse por la legalidad de todos estos procedimientos.

La patología puede a llegar a ser extrema si acaso no tomamos consciencia de lo que está sucediendo que es el fracaso de las relaciones humanas interculturales que están siendo substituidas por un modelo simulado de lo real para potenciar estados de dopamina vinculados a tecnologias que se parezcan más a la hipnosis que a la autoconsciencia.

Sin embargo existe una posibilidad de toma de consciencia donde la exploración y la autonomia de los seres humanos se recupere, la cuestión es si tenemos voluntad y consciencia para distiguir la dirección de lo que parece una explotación económica del capilatismo virtual como único camino o acaso pongamos esfuerzo en la exploración física que antaño definió nuestro espíritu de saber y de conocimiento haciendonos lo que aún somos hoy en dia…

aún…

 

 

LA ARMONÍA

Cada vez que me levanto por las mañanas y veo al mundo, sus guerras, sus tiranteces económicas que guardan resentimiento geopolítico y estrategias frias como la sangre de un reptil, me pregunto que falta aquí.

Muchas personas piensan que la armonía es un ángel tocando el harpa con sonidos agudos mirando estático al cielo, o algo similiar. Una especie de caricatura de los bardos que viven con su cabeza en las nubes componiendo alguna canción a una amada como amor platónico.

Somos idiotas.

La armonía no es sino anti-entropia, es decir, es aquello que es capaz de restaurar el orden primordial en un sistema dado.

La armonía es tecnología orgánica para la percepción, que sin embargo también tiene su resonancia en nuestro organismo.

La salud de nuestros cuerpos depende de su homeostasis eficaz, de una autorregulación que se basa en una sincronización de alta ejecución que ninguna máquina puede alcanzar a imitar ni de lejos. Pero todo se basa en un equilibrio celular que cada uno de nosotros ha de tener la atención de cuidar. Eso es un sistema que busca una autoregulación armónica sosteniéndose en relación al ecosistema en el que vive. Eso es un sistema armónico!.  Y lo mismo sucede en nuestras Mentes, que son espejo de todo esto.

Los seres humanos no somos máquinas autárquicas, somos dependientes de autoregularnos con lo externo. Cada ecosistema busca su homeostasis, su equilibrio que le hace addquirir una «armonía».

Por ello la «armonía» es una homeostasis que preserva un equilibrio en un sistema dado para evitar su deterioro.

El «odio» es un sistema de aceleración de entropia, es decir, de desorden y Muerte acelerada. Cuando permitimos que el odio y la no resolución de conflictos se expanda cada dia estamos poniendo en jaque a la anti-entropia y a la homeostasis del sistema total.

Recuperar la armonía no es levantarse cada mañana entonando cantos naif y dando saltitos como el conejito de la aldea de la montaña. La idea de la Armonía es el sistema de autoregulación del sistema total al respecto del organismo planetario, el cual puede saltar por los aires debido a nuestra puta Hybris. El orgullo.

El orgullo es aquello que piratea a la posibilidad de Armonía para lograr un reequilibrio en el sistema total de autoregulación deslocalizada. Nuestro organismo es fractal al respecto de el sistema total que es la totalidad de la humanidad, en el sentido de que podemos trazar una analogía entre una realidad biológica y la entidad comunitaria del mundo.

Las guerras, las rencillas, las putadas, que el ser humano se hace entre sí no ayudan a encontrar una vía de evolución con «menos sufrimiento», al contrario, una deriva de involución de «más sufrimiento» hace que nos convirtamos en una especie a la defensiva con peligro de autismo o autodestrucción acelerada. Una FALLA total de AUTOESTIMA. ( una falta de reconocimiento de nuestra verdadera identidad más allá de nuestra personalidades individuales)

Es triste ver que posiblemente nos vayamos al carajo por inútiles, cuando teniamos herramientas para conectar con la inteligencia del Cosmos. Pero parece que le voy a dar la razón a Freud acerca de la pulsión morbida entre EROS y THANATOS, parece que no nos queremos a nosotros mismos lo suficiente y que preferimos el éxtasis del desastre, el climax de los Idiotas.

Pero podría ser que en mitad de este ruido en la jaula de grillos en la que vivimos, se escuche muy bajito un Eco de memoria de re-equilibrio que se cuela sin querer por alguna rendija de nuestra memoria celular para susurrarnos al oido que hay una pequeña esperanza, una chispa que pudiera ser un fuego acogedor y no un incendio, para reunirnos a su cercania y Recordar que necesitamos convivir de otra forma, bajo el peligro de la espada de Damocles, que nos apunta con su filo en nuestra insistencia por los pulsos de orgullo.

La exploración de la recuperación de la Armonía fue conocida en el mundo antiguo como Filosofía, nadie en el contexto contemporáneo está haciendo esta reflexión, que es básicamente lo que sostiene el equilibrio biológico y psíquico del sistema total, el cual intenta adaptarse a nuestra mentes disfuncionales de forma continua, hasta que ya no pueda contener la hemorragia.

Es urgente, es necesario, es primordial, que atendamos que la recuperación de la Armonía en nuestras psiques para reequilibrar nuestras mierdas de relaciones interculturales es más necesaria que nunca. Recordar no desde el hyppismo comeflores sino desde la madurez que nos merecemos como humanidad que el camino de la evolución no puede ser llevado a base de Ostias ni putadas entre nosotros. El bien no existe sin la Armonía, la vuelta a la unidad no es posible sin ella, eso era lo que Platón trató de transmitir a Aristóteles, cualquiera que se preocupe acerca de la «metafísica» del bien, ha de tener en cuenta que cualquier acción ética no lo será realmente sino sirve para sostener la «armonía» en el tiempo dentro de un sistema dado.

Corazoncitos peña…  ( o dicho de otro modo, confrontemos nuestras mierdas para arreglarlo!)  Nos va la vida en ello.

 

 

Introducción – Taller 2ª parte

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