El golem, el logos, la máquina y el espejismo de la mente ( II )

(viene del artículo anterior)

Los sistemas de datos a menudo vienen representados en carpetas dentro de carpetas, a modo de arboles de información con ramificaciones varias.

Dentro de los sistemas humanos, el conjunto de datos que provocan una percepción de una realidad psíquica dada puede definirse como «Maya» o ilusión de la creencia. Poner en duda dicha percepción de lo real puede llevar a una pérdida de sincronización con el resto de los actores culturales o de una sociedad o una familia. La puesta en duda de la percepción de lo real debe estar acompasada de una conexión subjetiva con el ser interno o la cualidad de aquello con lo que nuestra identidad personal se encuentra sincronizada. En caso contrario, un caos perceptivo puede ser padecido por aquel que cuestiona la percepción de lo real, llegando al desvarío.

La puesta en duda de la rigidez en la percepción de lo real (en tanto que su auto-narración) que representó Shakyamuni Buda, fueron sistemas para llevar a aquel que percibía esa ilusión de lo real hacia un puerto donde su identidad no se diluyera en un caos, sino que se afianzara en el entendimiento de una realidad más verdadera que la inercia de las tradiciones establecían. Seria esta una posición contraria al vaciamiento nihilista, un encuentro con una esencia, pero que recordaba una constitución nuclear que le sustentaba en ese vacío.

Las distintas «técnicas» en las que se ha basado el querer provocar una instrumentalización de estos sistemas de desprogramación acerca de lo real han de estar sustentadas por una base sólida. La nueva era desgraciadamente nos ha traído «gurus» que no nos liberan de una dirección hacia la acumulación y nos dirigen en su lugar hacia un supuesto «éxito» (basado en un ideal altamente capitalista). Tenemos en ese terreno de la «espiritualidad contemporánea» lo mismo que hemos tenido en los productos de comida rápida en el supermercado, mucha imagen, mucho envase, muchos colorines y un producto deshidratado, que no nutre ni nos alimenta internamente.

Pero algo se nos quedo por el camino, nuestra propia historia, la cual no hemos comprendido en términos evolutivos y en relación al sistema vivo en el que vivimos, el planeta «tierra» . Vamos a establecer una suerte de paralelismo histórico con una cultura anterior…

Roma tenía la tecnología más puntera de su tiempo, acueductos que nadie podía hacer, coliseos, edificios diseñados por Vitruvio, el cual no era solo arquitecto sino también diseñador de máquinas, por eso Leonardo se fijo en él. Los romanos pese a que tenían genios de tal magnitud dentro de su cultura, colapsaron, la carcoma les despedazó desde dentro ¿Como es posible teniendo el ejercito más poderoso de la época y la tecnología más puntera del planeta en aquel tiempo?. Fácil, su alma comunitaria estaba podrida por dentro, pese a abrazar el cristianismo esto no les sirvió para evitar el colapso, porque tenían cultos, ritos, ofrendas simbólicas, pero nada de ello era interiorizado realmente. La cultura romana era una sociedad materialista y hedonista que se consumió a si misma, ni sus hazañas y conquistas les valió su supervivencia. De su sabiduría no quedo nada, excepto los escritos de Cicerón, pero del resto solo olor a puro humo. Los romanos eran copistas, asimiladores de culturas, copiaban ritos, dioses de los lugares que conquistaban pero eso no les llenaba, seguían básicamente huecos por dentro, su Ego parecía contento pero siempre acababa insatisfecho. ¿Nos recuerda a algo?


Mas alto, más grande, más síntomas de la Babel ciega
(dibujo carboncillo para el proyecto "Welcome to the Machine", realizado junto con Sagar Fornies, año 2001)

Tenemos una sociedad de última tecnología donde esta parece ser la religión definitiva, donde Ray Kurzweill y compañía sueñan con escanear sus cerebros y vivir en una computadora, algo tan estúpido como fútil, un cerebro y ser humano sin conexión con la propia naturaleza que le ha constituido se volvería un psicópata. Transcendence y Saturno 6 son películas que nos pueden hacer reflexionar al respecto.

Platón se debe estar riendo de nosotros desde su tumba, hemos perdido toda la conexión con lo que los griego llamaron «la reminiscencia», el hilo de Ariadna que posibilitaba el camino de reencuentro con el Ser. En cambio, vivimos en un culto ciego a la personalidad y al ego, eso nos dicen los anuncios, la publicidad, «aumenta tu Ego», «piensa solo en ti». El culto a la personalidad, lleva también hacia el aislamiento, y hacia el espejismo cultural, donde ante la globalización la cultura nacionalista parece que sirve de refugio. Otro espejismo. Toda cultura se merece existir, pero la palabra cultura no posee ningún rasgo de infabilidad, todo lo contrario, las culturas pueden ser atroces, y también insertan, multiplican, comportamientos detestables en el ser humano. Los verdaderos poetas vivieron por encima de sus culturas, por encima de sus espejismos y pactos tácitos comunitarios, las cuestionaron y las hicieron mejores de lo que eran, pues en ciertos momentos las arrinconaron con sus obras simbólicas para que se mirasen al espejo.

Quizás ha llegado un momento de reclamo en mitad de una crisis, no que no es solo financiera, sino de espíritu, ¿Y que es eso? ¿Que es el espíritu?, que parece una palabra cristiana, pero que en realidad es más antigua que esa creencia. Los egipcios ya tenían el concepto del «ka» y del «ba» que eran la elementos ajenos al cuerpo físico, los cuales eran representados por pájaros como elementos volátiles y libres que como los sueños podían viajar a lugares donde el cuerpo físico no podía viajar. Una vez le hablé a una persona querida sobre el «espíritu» y me dijo que ella no creía en la religión, así en general. En fin, juicios de valor en la superficie de las cosas. Al respecto de ese concepto de «espíritu», en un sentido perceptivo, la mente no esta aislada, tenemos procesos que no son solo racionales, los sueños por ejemplo no lo son y sin embargo nos cuentan cosas sobre nuestra propia vida y nos dan claves para la evolución del conocimiento, por ejemplo cuando el descubridor del elemento del Benceno soñó con su estructura y luego la aplicó en el laboratorio. La conciencia sigue siendo un enigma, y en cierta manera existe una suerte de alma común, recordando que psique y alma son la misma palabra en Griego. La psique colectiva evoluciona si el individuo evoluciona, así de sencillo, cuando alguien despierta a un estado más allá de su personalidad condicionada por su cultura dada puede adquirir un estado de «sueño lucido», un estado de aumentar su visión y toma de decisiones en su realidad cotidiana.

El aumento de los nacionalismos y el espejismo de la técnica son síntomas de la crisis social en la que estamos sumergidos. No basta con tecnología, necesitamos agudizar el ingenio para que esta esté lo más integrada posible en el medio ambiente, no basta con hacer de la cultura un bastión donde los fanáticos de sentimientos nacionalistas se escuden en su víctimismo, en cambio hemos de pensar y reflexionar de formar común que se nos ha quedado por el camino. Queremos soluciones rápidas, opiaceos como festivales de música guay donde te hablan de los chakras y ya quedas como convencido de que eres super-espiritual. Craso error, no hay soluciones rápidas esta vez, el camino de salida del laberinto donde estamos ha de ser recorrido con paciencia porque de lo contrario lo único que vamos a tener son efectos de tipo placebo, para tropezar con lo mismo poco después.