Serapis era una deidad de Alejandria en el antiguo Egipto, un compendio del culto a Osiris – Apis con vínculo a Isis. Sin duda es un gran ejemplo cultural acerca de los préstamos o adaptaciones de arquetipos conceptuales que se dieron en la antigüedad para tratar con cuestiones como la muerte, la resurrección y aquello de lo humano que sobrevive a la muerte.

También se podría decir que Serapis era una deidad «creada» en Alejandria, o mas bien establecida por Ptolomeo I hacia el 400 a.C. Aunque esta deidad ya existía mucho antes de que la inventaran porque proviene de «APIS» el dios toro de Egipto.

El toro, Apis, era una deidad popular y destacada en la cultura egipcia y tenia la virtud, entre otras,  de transportar el alma del faraón hacia los Campos de Yaru, Iaru, Aaru… las estrellas septentrionales, el paraiso del mundo egipcio. Aunque previamente tenia que superar una serie de pruebas en la Duat.

 

Si uno entraba en la biblioteca de Alejandria también te encontrabas con Serapis ahí en forma de estatua o pintura de gran tamaño, al lado de otra representación de Alejandro Magno como Faraón. Serapis  aparecia con su barba y una especie de jarrón o maceta en la cabeza. Para otorgarle un poco más de seriedad sujetaba un cetro cornudo (duodente) y le acompañaba el perro cancerbero, la mascota canina intimidatoria tricefala de Hades, encargado de servir barra libre de los rios del Leteo. Por otro lado el «duodente», el bastón con dos cuernos era la alegoría a los cuernos del Toro. Aun en lo extraño de la representación de la «maceta», que alude al mundo vegetal, todo tenia su sentido en la iconografía de las deidades de la antigüedad.

En esta imagen creada por Ubisoft de la biblioteca de Alejandria de forma virtual, se distingue una estatua al final de las escaleras, ese es Serapis.

Dibujo diagramático de Serapis. La estuatua o imagen tendría un lugar destacado en la biblioteca de Alejandria.

 

Pero ¿qué era la maceta, o jarrón simbólico que porta en su cabeza? ¿de donde proviene? Apis antes que Serapis, estaba consagrado a Hathor, diosa de la música, la diosa de lo estelar, pero también de los misterios de fertilidad de la tierra y de lo vegetal, los ciclos de año quen en el caso de Egipto tenian que ver con las crecidas del Nilo, con agua roja teñida por los sedimentos. Los misterios de Kemet.

 

Serapis con su característica maceta o jarrón en la cabeza y un vegetal grabado en la misma. Ese vegetal por sus frutos parece ser la higuera egipcia, un árbol sagrado para esa cultura del que surge precisamente Hathor, otra posibilidad es que fuera laurel u olivo.

Hathor como emanación del «árbol de la vida», la antigua higuera egipcia ahora practicamente desaparecida, la diosa está ofreciendo agua sagrada que pudiera ser la versión del «rio de Mnenósime» de los griegos. Los «Ba» o «almas» flanquean el árbol. De este árbol Thoth extrae el nombre sagrado del faraón. Pareciera que también hubiera un cierto eco a la diosa «Aserah» fenicia.

 

Asi que Apis, que luego se convierte en Serapis, es el hijo de Hathor, la diosa de la música en el Egipto antiguo, por ello de la evocación, el ritual y el recuerdo, cuyo número era el siete.

Representación de Hathor en el templo de Dendera sujetando «el sistro» como puerta sónica. El instrumento tenian un significado dual de «vibración» y de «puerta».

 

Posteriormente, entre los retratos de El Fayum, podemos observar como hay un sacerdote de Serapis que mantiene la estrella de siete puntas evocación al siete de Hathor.

No deja de ser significativo, que Serapis, presidiera la entrada de la mayor biblioteca del mundo griego antiguo, es decir, donde se encontraba la recopilación de la «gnosis», el banco de datos, el disco duro analógico de la misma Sophia, o su equivalente matérico más próximo, es decir, papiros y más papiros, aunque la «gnosis» estuviera más allá de los textos, estos eran a su vez muy importantes como barca para no hundirse en el Leteo. Al fin y al cabo la intención del propio conocimiento es preservarse más allá de la muerte,  por ello tiene todo el sentido que fuera una deidad vinculada al Hades quién preservara dicho material que sobrevivir a la muerte física, y así otros pudieran beber del rio de Mnenosime. Si como hemos visto, Serapis, viene de Apis, y Apis de Hathor, la diosa con cuernos de vaca, ¿puede ser Hathor una antigua representación de Sophia? Platón en el Timeo habló sino de la propia Sophia vinculada a los principios de la Armonía Mundi como Génesis, cuestión que está representada en el propio templo de Dendera.

 

Sala de la cosmogénesis en Dendera de unión de cielo (Nut) y Tierra (Hathor) vinculando así una esencia celeste que se configura en el árbol de la vida. Al ser Hathor representante de la estructura musical, se establece aquí una correspondencia directa con el Timeo de Platón, de hecho es tan resonante con el texto que uno podría llegar a pensar en una iniciación del mismo Platón en este templo. De forma posterior, en el paso de Apis a Serapis, el vínculo con la diosa cambiaria de Hathor a Isis.

 

Serapis como Osiris e Isis ambos con formas serpentinas.

 

Serapis y Apis, acompañan al niño del secreto, Harpócrates, asociado a los misterios.

Apis illustration from Pantheon Egyptien (1823-1825) by Leon Jean Joseph Dubois (1780-1846). Original from The New York Public Library.

Es muy posible que la evocación serpentina viniera de la relación de Apis con el Uraeus o serpiente sagrada que portaba el faraón. En ciertas ocasiones ese Uraeus en la frente era substituido por un triángulo, símbolo singular de Apis.

 

Apis con uraeus. Representación triangular sagrada en la frente de Apis.

 

Doble símbolo de evocación triángular que era distintivo de Apis.

La entrada original a la gran pirámide tenia cuatro bloques enormes dispuestos en con la representación de jeroglifo de Apis.

 

Al mismo tiempo dicha representación evocaba a la plomada primordial, símbolo de la arquitectura cósmica que unia cielo y tierra.

 

El caso es que Serapis, al ser una variante griega del Apis egipcio, también estaba vinculado a la los Misterios Eleusinos, cuya muerte y resurreción tenia que ver con el que el Alma recuperara la memoria de su esencia. Sin embargo, surge una pregunta ¿cómo llega de Egipto al mundo greco-romano Apis transformándose en Serapis? Se tiene constancia escrita a través de Plutarco, aunque no se sabe si es del todo exacto, que Ptolomeo robó la estatua de Sinope tras recibir instrucciones en un sueño de un «dios desconocido» de llevar su estatua a Alejandría, donde dos expertos religiosos declararon que la estatua era «Serapis». Entre esos expertos se encontraba uno de los Eumolpidae, de la estirpe de los herofantes de los Misterios de Eleusis. El otro experto se presupone era el erudito sacerdote egipcio Manetón, haciendo de puente entre la aceptación entre griegos y egipcios. También se especula con una evocación a una deidad de tipo sumerio y de hecho la iconografía es resonante.

 

Deidad previa egipcia en la que se basa «Serapis». Apis el toro egipcio

La representación del Becerro de Oro en la historia de los diez mandamientos que son recogidos por Moises, ejemplifica de una forma un tanto caricaturesca el coqueteo que tenian los hebreos con ciertos cultos egipcios. En realidad, la función de Apis en el mundo egipcio distaba mucho del mero caracter puramente idólatra que se le queria dar como ejemplificante en esta narración. Los egipcios de hecho también tenian sus mandamientos que funcionaban en declaración inversa, dado que en el libro de los muertos la «justificación del corazón» acompañaba la declaración de qué tipo de acciones poco honrosas se habian evitado. ¿Es la historia del Becerro de oro un tipo de propaganda negativa hacia lo egipcio aún sin poder desvincularse de esta misma cultura? Eso parece. Sin embargo, Apis, tenia una mayor profundidad que un símbolo desconectado y sacado de contexto. Apis, no era un «becerro de oro», era un vehículo al más allá. ¿Una evocación estelar por unas razones concretas?

 

Catacumbas de Kom el Shogafa, Alejandria, siglo I – II d. C. 

Es dificil entender a Serapis, sin entender a Apis. La simbología sincrética alejandrina indica que el toro, Apis, estaba vinculado a los misterios del inframundo y del más allá. Las equivalencias de deidades que establecieron los griegos y los romanos de los egipcios abren una interpretación coral que evoca directamente a los jeroglíficos egipcios relacionados con la muerte de Osiris y el pesaje del Alma realizado por Anubis.

Entrada de las catacumbas de Kom Ef Shogafa, Alejandria. Se destaca el motivo de la concha sagrada evocando a una Venus ultraterrena que quedaría vinculada a Hathor, Afrodita.

Detalle de la entrada. Se pueden observar dos Agatho daimon, serpientes sagradas asociadas al «buen espiritu», ambas llevan un caduceo de Hermes y un Tirso, bastón que portaban las ménades asociadas al culto de Baco. Al estar vinculadas al misterio de la muerte y la resurrección se asocian al mundo vegetal y su renacimiento en primavera. Todo esto evoca a la muerte ritual de Osiris (aun con iconografía griega) y es la simbología de las Ménades (el Tirso) mezcladas aquí con el bastón de Hermes, las que alegorizan el proceso de destitución de que la matería (Osiris, Orfeo) sufre cayendo de nuevo en el rio del olvido, la muerte como paso al más allá.

 

De un lado de unos de los Agatho Daimon estaba asociado a una figura femenina.

De otro lado estaba asociado a una figura masculina.

El interior poseía distintos grabados de motivos egipcios entre los que se distinguen Anubis y una figura femenina serpentina como contraparte.

El culto a Apis, Isis flanquea al Toro sagrado que evoca a Osiris, y otro personaje le hace una ofrenda de un pectoral. Aparece aquí vinculado también a Baco y la uva, vínculo a los Misterios Eleusinos de muerte y resurrección que la calavera del toro alegoriza.

 

Ahí están Anubis, Thoth y Horus durante el proceso de momificación, pero también de reconstitución del cuerpo de Osiris.

De aquí deducimos que el culto de Serapis, no puede entenderse sin el mito de Osiris, y que Isis era una substitución del vínculo entre Apis y Hathor. Por lo que para extraer todo el significado simbólico hemos de crear una estructura coral de relaciones que no pueden entenderse con un símbolo sacado de contexto como es el «Becerro de oro». Su dimensión es más compleja y en tanto que Serapis está vinculado al conocimiento de la biblioteca de Alejandria, se entiende que hay una relación entre los Misterios Eleusinos, el conocimiento que sobrevive más allá de la muerte, y la idea de la resurreción del Alma en la perspectiva egipcio y greco-alejandrina.

 

Dejo algunas imágenes para acompañar la reflexión abierta.

 

Podemos observar en el Vaticano a Serapis como forma de «Jano», en un doble rostro de «Apis» e «Isis».

Lápida del siglo III encontrada en Quintanilla de Somoza, en León (España) . Tres nombres escritos en griego. Zeus, Serapis, y IAO. Lo que muestra la amplia distribución que tuvo el culto de Serapis más allá de Egipto.

 

Talla renacentista en una de las puertas de la catedral de León que evoca a un hombre con un jarrón florido sobre su cabeza con expresión de éxtasis.

Representación greco-romana de Serapis e Isis hacia el siglo II d. C.

 

En la paleta de Namer podemos ver a Hathor en la parte alta, con su representación de «mujer vaca» y en la parte baja de la paleta derecha podemos ver a Apis como representación del propio Faraón.

 

En este cuadro del siglo XIX , se puede observar las características físicas que los toros de Apis debian tener. A destacar la naturaleza alada que se le quería otorgar poniendo un ala a sus costados que venía ilustrada con un manto bordado sobre su lomo. Se puede ver a una saderdotisa de Hathor en el extremo izquierdo del cuadro, acompañando la escena.

 

Dicha representación tendría un evocación directa al Toro sagrado sumerio, también dentro de esta cultura los propios Lamassu, con cuerpo de toro y cara de hombre guardarían esta evocación. Es muy posible la vinculación con el dios Sin Lunar y las «Astas de toro», a su vez la etimología de «asta» parece provenir del griego «Asterión» el nombre del minotauro, por no decir que esto se relacionaria con Astarte, la diosa fenicia e Isthar, hija de Sin.

 

G-Sum29: Ur III . Sello cilíndrico dedicado a la diosa Innana o Isthar. A destacar la luna creciente con forma de astas de toro.

Hathor, con siete líneas que marcan su característica representativa.

Head from a statue of the cow-headed goddess Hathor. Egypt, Late Period. (Photo by: Werner Forman/Universal Images Group via Getty Images)

De nuevo Hathor pero con una simplificación pentagonal en su rostro codificando una relación con el sonido.

Cabeza de diosa encontrada en Chipre, mezcla greco-egipcia, que evoca directamente a Hathor.

 

Hathor by morteraphan

Dibujo de Anita Burnevik.  https://www.deviantart.com/anitaburnevik