Vaya título «Pleróma cuántico», será que los artistas se quieren quedar con la peña.

En el fondo habia pensado en «Santuario» como título, en referencia a la película de «La fuga de Logan» de los 70, pero dado que la película tampoco estaba muy en la línea de lo particularmente geométrico, (bueno, un poco si), me incliné por el tema del Pleroma en relación a Sofia, la diosa gnóstica que crea al Demiurgo, este último representa al espejismo de divinidad que se cree única en la esfera planetaria. La tarea del filósofo consistia en recuperar el conocimiento original que se escondia en Sofia más allá de las apariencias del mundo ilusorio percibido por nuestros sentidos creado por el Demiurgo. Los filósofos griegos intuyeron con gran acierto que habia aspectos de la realidad que iban más allá, Platón lo representó con la metáfora de la caverna, haciendo de esta una alegoria de nuestros sentidos y este mismo filósofo estableció que habia una realidad más allá de matemáticas, geometria y proporciones como una suerte de esencia invisible, que hoy llamariamos «códigos de programación» de la propia naturaleza.

El pleroma, no creo que tenga una definición única, a veces lo veo como el plasma primigeneo, como el Primun Mobile del propio universo, como una especie de semilla cósmica o programación base de la propia naturaleza. Además de que Platón trato de llegar o rescatar este conocimiento con el  que otros gnósticos y filosofos especulaban, Tales de Mileto consideraba que «todo era agua», y Platón consideró que la esencia era tetraédrica, entendida como fuego cósmico. La unión de ambos es lo que genera la figura central de la exposición la complementación dual del dodecaedro-icosaedro, que representaban precisamente en los tiempos de los griego el principio cósmico o Eter (noción básica del Pleroma) y el agua como sustancia primigenia universal de la que nace la vida.

(De 20 tetraedros girados 30º sobre su centro tenemos una figura que es el icosidodecaedro, análoga en armonía estructural al dodecaedro-icosaedro del centro de la exposición)

 

Anaximandro, pensaba que el «Arché» o la esencia era Aperión, es decir, sin forma determinada, ilimitado e infinito. Y así es exactamente como se comporta el Dodecaedro-icosaedro embonado el uno en el otro, como un Aperión del que surgen ambos. Lo que pasa es que sí tiene forma, pero cuidado, no sabemos exactamente cuál, lo que vemos es un fotograma congelado de la misma, un instante de ciclo de como se genera una figura de la otra hasta el infinito.

Demócrito consideró que toda materia estaba formada por átomos, y lo que vemos es que esta figura también podemos encontrarla a nivel microcelular como en las algas prehistoricas que dieron lugar a la vida de las células eucarióticas.

 

Braarudosphaera bigelowii

Fotografía a 5 nanomilimetros del fósil de una alga prehistórica. Sin la aparición de Phytoplankton la aparición de células eucarióticas no se habria dado lugar.

Así en conjunto tenemos una figura que nos repasa las principales teorías de la filosofía griega, la cual esta siendo recuperada por físicos contemporáneos para entender postulados de la supersimetria.

Quizás un conocimiento como intuición surgió de los filosofós griegos que aún está por redescubrir.

Si quieres todavia profundizar más

Pleroma Cuántico ( III ) Unidad y dinamys