Cada vez que me levanto por las mañanas y veo al mundo, sus guerras, sus tiranteces económicas que guardan resentimiento geopolítico y estrategias frias como la sangre de un reptil, me pregunto que falta aquí.

Muchas personas piensan que la armonía es un ángel tocando el harpa con sonidos agudos mirando estático al cielo, o algo similiar. Una especie de caricatura de los bardos que viven con su cabeza en las nubes componiendo alguna canción a una amada como amor platónico.

Somos idiotas.

La armonía no es sino anti-entropia, es decir, es aquello que es capaz de restaurar el orden primordial en un sistema dado.

La armonía es tecnología orgánica para la percepción, que sin embargo también tiene su resonancia en nuestro organismo.

La salud de nuestros cuerpos depende de su homeostasis eficaz, de una autorregulación que se basa en una sincronización de alta ejecución que ninguna máquina puede alcanzar a imitar ni de lejos. Pero todo se basa en un equilibrio celular que cada uno de nosotros ha de tener la atención de cuidar. Eso es un sistema que busca una autoregulación armónica sosteniéndose en relación al ecosistema en el que vive. Eso es un sistema armónico!.  Y lo mismo sucede en nuestras Mentes, que son espejo de todo esto.

Los seres humanos no somos máquinas autárquicas, somos dependientes de autoregularnos con lo externo. Cada ecosistema busca su homeostasis, su equilibrio que le hace addquirir una «armonía».

Por ello la «armonía» es una homeostasis que preserva un equilibrio en un sistema dado para evitar su deterioro.

El «odio» es un sistema de aceleración de entropia, es decir, de desorden y Muerte acelerada. Cuando permitimos que el odio y la no resolución de conflictos se expanda cada dia estamos poniendo en jaque a la anti-entropia y a la homeostasis del sistema total.

Recuperar la armonía no es levantarse cada mañana entonando cantos naif y dando saltitos como el conejito de la aldea de la montaña. La idea de la Armonía es el sistema de autoregulación del sistema total al respecto del organismo planetario, el cual puede saltar por los aires debido a nuestra puta Hybris. El orgullo.

El orgullo es aquello que piratea a la posibilidad de Armonía para lograr un reequilibrio en el sistema total de autoregulación deslocalizada. Nuestro organismo es fractal al respecto de el sistema total que es la totalidad de la humanidad, en el sentido de que podemos trazar una analogía entre una realidad biológica y la entidad comunitaria del mundo.

Las guerras, las rencillas, las putadas, que el ser humano se hace entre sí no ayudan a encontrar una vía de evolución con «menos sufrimiento», al contrario, una deriva de involución de «más sufrimiento» hace que nos convirtamos en una especie a la defensiva con peligro de autismo o autodestrucción acelerada. Una FALLA total de AUTOESTIMA. ( una falta de reconocimiento de nuestra verdadera identidad más allá de nuestra personalidades individuales)

Es triste ver que posiblemente nos vayamos al carajo por inútiles, cuando teniamos herramientas para conectar con la inteligencia del Cosmos. Pero parece que le voy a dar la razón a Freud acerca de la pulsión morbida entre EROS y THANATOS, parece que no nos queremos a nosotros mismos lo suficiente y que preferimos el éxtasis del desastre, el climax de los Idiotas.

Pero podría ser que en mitad de este ruido en la jaula de grillos en la que vivimos, se escuche muy bajito un Eco de memoria de re-equilibrio que se cuela sin querer por alguna rendija de nuestra memoria celular para susurrarnos al oido que hay una pequeña esperanza, una chispa que pudiera ser un fuego acogedor y no un incendio, para reunirnos a su cercania y Recordar que necesitamos convivir de otra forma, bajo el peligro de la espada de Damocles, que nos apunta con su filo en nuestra insistencia por los pulsos de orgullo.

La exploración de la recuperación de la Armonía fue conocida en el mundo antiguo como Filosofía, nadie en el contexto contemporáneo está haciendo esta reflexión, que es básicamente lo que sostiene el equilibrio biológico y psíquico del sistema total, el cual intenta adaptarse a nuestra mentes disfuncionales de forma continua, hasta que ya no pueda contener la hemorragia.

Es urgente, es necesario, es primordial, que atendamos que la recuperación de la Armonía en nuestras psiques para reequilibrar nuestras mierdas de relaciones interculturales es más necesaria que nunca. Recordar no desde el hyppismo comeflores sino desde la madurez que nos merecemos como humanidad que el camino de la evolución no puede ser llevado a base de Ostias ni putadas entre nosotros. El bien no existe sin la Armonía, la vuelta a la unidad no es posible sin ella, eso era lo que Platón trató de transmitir a Aristóteles, cualquiera que se preocupe acerca de la «metafísica» del bien, ha de tener en cuenta que cualquier acción ética no lo será realmente sino sirve para sostener la «armonía» en el tiempo dentro de un sistema dado.

Corazoncitos peña…  ( o dicho de otro modo, confrontemos nuestras mierdas para arreglarlo!)  Nos va la vida en ello.