La «teología evolutiva» simplemente es una rama de la antropologia que no existe.

Si existiera, esta podría estudiar cómo la percepción acerca de la conexión de lo divino ha tenido coincidiencias entre culturas, sobre todo a través de la matemática, geometría, música y astronomía.

En un mundo de una academia de investigación lo suficientemente profunda, la etnomatemática haría un estudio comparativo de cómo diferentes culturas del pasado utilizaron sus sistemas simbólicos como metafísicas para tratar de establecer un puente con lo divino.

  • En la antigua Sumeria los dioses eran números, cuyas relaciones creaban fracciones armónicas. 

 

  • En en la antigua India los Vedas crearon  el Matra-Meru y el Meru Praastar era utilizado para componer los versos de la creación, antecediéndose siglos a la elaboración del «Triángulo de Pascal», además de conocer la secuencia Fibonacci.

 

  • En Grecia, Pitágoras y Platón se sirvieron de matemáticas, geometría sagrada y aritmética armónica para describir el «Alma del Mundo», otros místicos griegos usaron la isopsefía que al igual que la gematria hebrea tenia claves numéricas. Los solidos platónicos eran entendidos como «bloques» constructivos del propio Cosmos.

 

  • Los antiguos hebreos concibieron sistemas cabalísticos de números asociados a letras llamados «gematria» que siguen activos hoy en dia mezcládose con observaciones contemporáneas. Estos posteriormente evolucionaron en distintas ramas, ya en el medievo se observó que distintos conceptos eran coincidentes con el neo-platonismo. 

 

  • Los egipcios usaron jeroglificos como sistemas esquemáticos de representación contenian equaciones que tendian hacia la Unidad Sagrada, como el «Ojo de Horus» y otras figuras como la triada sagrada de «Osiris, Isis y Horus» que creaban el triángulo 3,4,5, una de las manifestaciones previas del «teorema de Pitágoras». Por no hablar de los cálculos matemáticos de las pirámides. 

 

  • Los Mayas usaron la cuenta sagrada de sus números como un sistema de organización de cálculo temporal creando ordenes númericos de alta organización, además del uso del cero anterior a su uso en Europa. Sus pirámides como en el caso de Egipto o China son ejemplo de un uso avanzado de arqueo-astronomía y de cálculos de topología topográfica adaptados al entorno. 

 

  • Los árabes crearon el kúfico, un lenguaje que sintetizaba la geometría abstracta de sus templos para conectar con la metafísica de «Allah», el cual, parece ser, gustaba de la geometría abstracta la cual se presenta en los patrones imbrincados de la fachada de sus templos comparable a cristalografía contemporánea de microscopio electrónico. Ni que decir tiene que estos también leian los textos de los filósofos griegos. 

 

  • Los antiguos chinos usaron el I-Ching y sus 64 hexagramas como puente para conectar con la naturaleza de un devenir que tuviera sabiduria en sus acciones. y repeticiones modulares en sus pagodas que tendian hacia el infinito. La ciudad prohibida de China está llena de cálculos con el número áureo. 

 

  • Los antiguos hindues también usaron esos patrones modulares en sus repeticiones modulares de los templos, además de crear los números que actualmente utilizamos que más tarde los árabes introdujeron en Europa gracias a matemáticos como Fibonacci. 

 

Estos y otros que también serian dignos de mención dan constancia de  la evidencia y las representaciones místicas de las antiguas culturas, a dia de hoy sus tradiciones han variado muy poco. Pero lo que sí puede variar es la percepción de que pese tener diferentes credos lo que les une es el lenguaje de la etnomatemática, y su Dios, no es un dios único, sino que responde a una búsqueda de lenguaje de unión con el propio Cosmos.

Solo el chovinismo perceptivo condiciona a interpretar que la noción de dichas expresiones son manifestaciones separadas y que de alguna manera una u otra tiene alguna relación exclusiva con un «DIOS ÚNICO», lo cual es una alucinación, cualquier cultura que considere que tiene una «exclusividad con Dios» es preciso que se suba al diván del psicoanalista. No quita que todo sistema de su tradición mística les sirva para conectar con aquello que está más allá de la «persona» para ponerse en contacto con una realidad más trascendente, nadie dice que eso no sea digno de ser puesto en práctica, pero si esto no sirve para entender que hay un puente conexión con la mística de otros seres humanos y su conexión con lo sagrado, entonces su contacto con su primitiva deidad tiene tanto valor como los palos que usan los chimpances para comer hormigas. Ah, y para pelearse con el vecino, por supuesto.

Desgraciadamente, solo algunas facultades de antropología y de filosofía en este planeta tienen abierta esa vía de estudio. En lo personal creé una tesis que demostraba todo esto que estoy relatando, y que abre una posible puerta a una antropología y filosofía que estudie una «teología evolutiva» , un sistema perceptivo que abarque y entienda que el impulso de conexión con lo numinoso late en el corazón de todas la culturas humanas y que ninguna tiene mayor razón sobre las demás.

Quizás algún dia llegue su momento.