EL SER

Sobre el concepto del " Ser " se ha hablado mucho, en cierta manera representa el Yo potencial, la identidad potencial que es capaz de programarse a si misma, no se identifica egoicamente con la persona ni con el cuerpo, simplemente "es" y en ese sentido contecta con lo que tiene de esencia el Ser Humano, a veces la persona fortuitamente se disuelve frente a un acontecimiento natural, frente a un espectatulo para sus sentidos y en ese sentido se "altera"... es decir se vuelve "Alter"... que significa "Otro"... Alterizarse... o alterarse significa "Salirse de uno mismo". En ese sentido la "alteridad" nos puede acercar al Ser pero de forma accidental, ya que existen "Alteridad positiva y negativa". Lo ideal es que podamos encontrar una via de conexión con el Ser de una forma natural y positiva. La propuesta del Mapa Interno tiene esta cualidad.

La alteración de la persona cuando es voluntariamente inducida o buscada, puede llevarnos hacia una conexión con el Ser, no hay que confundir esto con un "transtorno de la personalidad", ya que eso es una patología previa y no conecta en ningún caso con el Ser, sino que es una forma donde la persona se identifica maniaticamente con una forma expecifíca de comportamiento que padece y no puede cambiar, el individuo vive asi sometido a su "personalidad" que es incapaz de re-programar desde su voluntad, generando habitos y rituales que le encierran en una visión estrecha de lo real.

El Ser es lo que posibilita diche "re-programción" pero realizada desde el interior de la voluntad del individuo, desde su Thymos, su voluntad de Ser, esto es la autonomia de la autoconsciencia. Para ello la consciencia de que simbolos son los que crean la repetición de un comportamiento dado es clave para que "la persona" transcienda dicho comportamiento. Al mismo tiempo es normal que la conexión con el Ser produzca un sentimiento de liberación. Las peores prisiones siempre son mentales.

El Ser ha sido esa conexión que el budismo o el Zen buscan incluso a dia de hoy, no es necesariamente fácil, mantener una calidad de conexión con el Ser, nadie nos ha educado para ello, en cambio se ha fomentado el culto a la personalidad y al "caracter" aplaudiendo el "yo soy asi". En cierta manera somos vigilantes y carceleros de "la personalidad". Mientras que el Ser espera a que le den la oportunidad de liberar a " la persona " y a si disolver su máscara. El Ser posibilita la conexión con nuestra verdad interna.

LA RED

El sentimiento de conexión a algo que esta por encima de nosotros muestra la calidad de la conexión al Ser, pues normalmente este percibe algo mayor a si mismo, esta es la idea de " La Red" como idea de cosmos, del " Tejido " al que se referian las culturas milenarias, en palabras del Jefe Indio Seatle:

Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo. Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra.

El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo. Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos.

De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.

Este sistema de percepción de como el Ser percibe la Red, el tejido de la vida, es algo común en las culturas milenarias, piensa que por ejemplo en la cultura Judeo-Cristiana el conocimiento de la percepción de "conocer la Red" era algo que tenia que ver con "el fruto de conocimiento". Conocer, para el antiguo mundo catolico era un sintoma de pecado, sentirse conectado a la Red fué visto como algo perverso, puesto que solo el Pontifice como "Pontex o Puente" era el que estaba conectado a la Red o Dios, en ese sentido la conexión con lo sagrado fué mediatizada por instituciones, y separada en cuestiones de género... un género fué denostado, el femenino, por el masculino en la tradición judeo-cristiana crando un desequilibrio entre lo que Carl Gustav Jung llamó "el equilibro entre el ánima y el animus" entre el espiritu y lo emocional. En ese sentido no hablamos de cuando nos hemos sentido conectados a la Red, por verguenza, lo llamamos "Dios" pero no " Diosa" ... en realidad La Red, la percepción de aquello que la naturaleza tiene de sagrado no tiene género, no es ni masculino ni femenino, es un tejido androgeno que sustenta y alimenta al Ser. Y cuando este percibe a La Red se siente nutrido espiritual y animicamente. Se vuelve creativo, expande los límites de la personalidad encarcelada, destruye el yugo de la lógica como principal actor de juicio y conecta con una raíz personal de conocimiento intuitivo, en un presente... continuo.